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| QR is back: cómo integrar los famosos códigos en tu campaña publicitaria | -

El código QR ha resurgido en plena pandemia. ¿Qué caminos se están tomando para aprovechar al máximo esta tendencia?

El futuro de la restauración pasa por el código QR
Lectura de un código QR

Las medidas sanitarias y de higiene que ha generado la pandemia del Covid-19 han supuesto nuevas formas de comunicación entre las empresas y su cliente, así como novedades en las campañas publicitarias que hacen referencia a esta distancia que todos debemos mantener. Esta situación no solo ha creado nuevos caminos, sino que se han vuelto a aplicar métodos publicitarios que habían quedado en desuso y ahora están teniendo bastante éxito.

Hablamos de los códigos QR (acrónimo del inglés Quick Response Bar Code), un elemento de marketing que en sus orígenes buscaba una interacción más profunda entre cliente y marca, haciendo de puente entre el mundo físico y el online. Pese a esta idea innovadora, los códigos QR no llegaron a ser de gran utilidad para las empresas, a pesar de que prácticamente todos los consumidores poseen un smartphone desde el que se puede interactuar con ellos.

Esta situación continuó así hasta el estallido de la pandemia, momento en el que el sector de la hostelería tuvo que adaptarse para mostrar la información de sus productos en estos códigos y así evitar compartir cartas y menús. La idea ha tenido tanto éxito que muchos otros sectores se encuentran replantándose los beneficios de incluir los códigos QR en sus campañas y estrategias, aprovechando que cada vez más consumidores están habituados a esta tendencia por el empuje de la hostelería.

El sector de la hostelería tuvo que adaptarse para mostrar la información de sus productos en estos códigos y así evitar compartir cartas y menús. La idea ha tenido tanto éxito que muchos otros sectores se encuentran replantándose los beneficios de incluir los códigos QR en sus campañas y estrategias

Y no es algo raro, ya que el desuso en que habían caído estos códigos durante los últimos años no es un reflejo de los beneficios que la tecnología QR puede ofrecer. Entre ellos, destaca su accesibilidad tanto para generarlos como para leerlos, puesto que la mayoría de los móviles de hoy en día ya cuentan con una app integrada o con cámaras capaces de descifrar estos códigos.

También se debe destacar que, como método publicitario, resultan de gran ayuda para ampliar la información que se desea dar al consumidor, que, por definición, suele ser escueta en la publicidad offline. Por último, también resulta importante su gran capacidad de difusión, al poderse insertar códigos QR en anuncios televisivos, redes sociales, folletos, tarjetas de visita o publicidad a pie de calle.

Los beneficios de esta tecnología son, sin duda, bastante numerosos para que empresas de todos los sectores consideren recuperarlos para sus campañas. Pero ¿qué caminos se están tomando para aprovechar al máximo esta tendencia? Uno de los métodos más sencillos está relacionado precisamente con la capacidad de difusión de los códigos QR al poder ser impresos en folletos destinados al buzoneo para ampliar la información sobre las ofertas y dar una conexión más natural entre el mundo digital y el físico. Además, con una aplicación analítica de este buzoneo, se puede segmentar su envío para que llegue a un público joven y más acostumbrado a escanear los códigos.

Por otra parte, también se está viviendo un resurgimiento de esta tecnología QR directamente en los puntos de venta. Las aplicaciones en este sentido también pueden ser múltiples, desde ofrecer más información al consumidor acerca de un producto hasta la instalación de códigos en los escaparates para descargar descuentos exclusivos aplicables a la tienda. Otro buen uso en este aspecto es ofrecer una promoción exclusiva a los 100 primeros clientes que escaneen el código QR desde sus móviles.

Y, por último, a estas dos vías que se han comentado -integrar QR en folletos y en tiendas- también se le podría sumar la integración de esta tecnología directamente en el producto que se quiere vender. Así, el consumidor tendrá directamente en sus manos un medio para acceder a las redes sociales de la empresa o participar en sorteos exclusivos, por ejemplo. Esta estrategia es especialmente efectiva para los bienes de gran consumo que tienen que ser comprados cada cierto tiempo, como la alimentación o productos de limpieza.

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