El bodeguero vallisoletano Alejandro Fernández Pérez, uno de los pioneros de la Denominación de Origen Ribera del Duero e impulsor de la misma, ha muerto este fin de semana a los 88 años de edad.
Fundador del Grupo Pesquera, Alejandro Fernández creó su primera bodega en 1972 en la localidad de Pesquera de Duero, después puso en marcha Castillo de Haza y se expandió a la Denominación de Origen Toro, con Dehesa de la Granja. Sus crianzas y reservas tuvieron gran aceptación en los mercados internacionales, especialmente en los Estados Unidos.
Desde hace unos años, recuerda Efe, mantenía un litigio judicial con parte de su familia, entre ellas sus hijas, por discrepancias en la gestión del Grupo y del negocio familiar.
El fallecimiento se produjo inesperadamente el sábado en Santander, donde pasaba unos días de descanso en compañía de una de sus hijas, aunque no trascendió hasta el domingo 23 de mayo.
El Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero ha lamentado su fallecimiento en un comunicado y ha calificado al bodeguero como un referente de la Denominación de Origen, impulsor del sello de calidad y artífice de su expansión por todo el mundo.
“Su forma de interpretar y amar la Ribera del Duero caló en las siguientes generaciones y contribuyó al crecimiento y el prestigio de la DO”, ha destacado el Consejo Regulador, al tiempo que ha resaltado que “deja una gran huella”. Asimismo, su empeño en la creación de las denominaciones de origen en su concepción actual llevó a las organizaciones vitivinícolas españolas oficiales a replantear sus normas, al tiempo que en 1982 Ribera de Duero logró su categoría de DO oficial.
