Las principales compañías alimentarias han anunciado que desarrollarán esquemas nutricionales por colores para etiquetar sus productos. La Asociación Europea de Consumidores (BEUC) y la OCU han aplaudido este paso, pero lamentan la forma en la que los fabricantes quieren definir los colores para reflejar los valores nutricionales de los alimentos.

Según la organización de consumidores española "es positivo que las principales empresas de alimentación por fin reconozcan la utilidad del esquema del ‘semáforo de colores’ para ayudar a los consumidores a elegir productos y alimentos más saludables para su salud".

Desde ambas entidades se lleva demandando que este etiquetado nutricional esquemático "sea obligatorio para la industria y que se usen códigos de colores sencillos en los envases". La idea de base para este nuevo sistema es que, con un solo vistazo, se vea la cantidad de grasa, grasas saturadas, azúcares sencillos y sal en los alimentos que se adquieren.

Las compañías han elegido mostrar esos códigos de color para una porción, en vez de para 100 g/ml, por lo que, aunque es cierto que este es un primer paso, desde la OCU no se aprueba este modelo de medición por ración, ya que "dificulta a los consumidores la comparación entre productos y también puede resultar engañoso a la hora de decidir si un producto es saludable o no", indica.

Y pone un ejemplo: se podrán encontrar más colores verdes o ámbar en cereales de desayuno, productos de pastelería o galletas de los que a priori correspondería. "Todos estos productos tienen altas cantidades de grasa, azúcar o sal lo que debería conllevar luces rojas", indica.

Por lo tanto, la OCU y BEUC tienen "serias dudas" de que este tipo de código de colores por tamaño de raciones sea lo adecuado para informar y educar al consumidor. "A falta de una definición legal y consensuada del tamaño de las raciones, estas no deben ser los valores de referencia porque además no siempre son realistas", indican.