El Gobierno polaco estudia sumarse a la puja por Carrefour Polonia, cuyo futuro sigue en el aire. El Ministerio de Agricultura del país centroeuropeo ha propuesto que Krajowa Grupa Spożywcza (KGS), conglomerado estatal especializado en productos agrícolas, presente una oferta para hacerse con las operaciones de la enseña francesa en el país.
La recomendación, dirigida al Ministerio de Propiedad del Estado, argumenta que esta operación permitiría reforzar la "soberanía alimentaria" y garantizar precios estables para los productores del país.
El planteamiento responde también a la presión creciente de las organizaciones agrarias, que llevan meses defendiendo la creación de una cadena de distribución pública capaz de absorber producción local con condiciones más previsibles y justas. KGS, fundada en 2002 tras la integración de varias compañías estatales del sector primario, asumiría así un papel inédito en la gran distribución polaca.
La propuesta gubernamental suma nuevas incertidumbres a un proceso ya en marcha. Carrefour, que opera alrededor de 750 tiendas en Polonia —entre ellas, 90 hipermercados, 150 supermercados, 500 tiendas de proximidad y 40 centros comerciales—, encargó en septiembre a JP Morgan la búsqueda de comprador y abrió formalmente el proceso de venta, siguiendo la hoja de ruta marcada por su consejero delegado, Alexandre Bompard, que ha iniciado una profunda revisión del portfolio para reflotar el negocio del grupo.
El grupo ya ha abandonado Italia —donde registraba 67 millones de pérdidas—, está apunto de vender Argentina y también ha puesto en el escaparate sus negocios de Bahréin y Kuwait. En Polonia, el patrón se repite: pérdidas de 61 millones y una posición debilitada respecto al líder, Biedronka, del grupo portugués Jerónimo Martins, y el discounter Lidl.
La posible entrada del Gobierno en la puja se suma al interés mostrado por varios operadores internacionales de peso, entre ellos Auchan, Kaufland y Żabka. El atractivo de la red polaca es significativo: permitiría reforzar presencia en uno de los mercados más competitivos de la región y acceder a una capilaridad que apenas tiene parangón en Europa del Este.
De momento, la decisión recae en el Ministerio de Propiedad del Estado, que deberá autorizar o no la participación de KGS.
