El presidente de Mercadona, Juan Roig, ha dado un paso al frente y se ha convertido en ejemplo de lo que los grandes empresarios pueden hacer para comprometerse con la economía y la sociedad en un momento tan excepcional y difícil como el que vivimos: ha renunciado a cobrar su sueldo y los dividendos que le corresponden como máximo accionista de la cadena de supermercados para destinar 70 millones de euros a proyectos sociales y a reactivar la economía española y valenciana, informa el diario ABC.
Desde luego, esta no es una decisión aislada ya que hace una década que, junto a su esposa Hortensia Herrero, Roig realiza una importante tarea de mecenazgo que le ha llevado, por ejemplo, a destinar 50 millones de euros en 2019 a iniciativas relacionadas con el emprendimiento, la formación, el deporte o la cultura.
Según fuentes de la compañía que recoge el citado medio, al presidente de Mercadona le correspondía este año un salario de 9,7 millones de euros (4,6 millones una vez descontados impuestos) así como el dividendo percibido a cuenta de los resultados de 2018 de la compañía (65 millones de euros).
El pasado mes de abril conocíamos el arranque de la iniciativa #estoNOtienequePARAR, una campaña que reúne a más de 2.000 empresas, lideradas por Mercadona, que bajo el eslogan #EstoPasará, reconoce públicamente, apoya y pone en valor a quienes hacen posible que la economía no pare por la crisis sanitaria, social y económica provocada por la pandemia de coronavirus.
Como ya hemos escuchado en diversas ocasiones, para Juan Roig "el verdadero éxito parte de la generosidad de compartir y poner al servicio de los demás los conocimientos y recursos de los que cada uno dispone". Una frase que lo dice todo.
ORGULLOSO DE SUS EQUIPOS
Juan Roig se ha mostrado públicamente "orgulloso" del esfuerzo y trabajo de sus equipos durante esta crisis. Además, Mercadona fue una de las primeras enseñas en ofrecer una prima a sus trabajadores para valorar y agradecer su dedicación en estos momentos.
A pesar del aumento de las ventas durante esta crisis, la enseña valenciana explicó a finales de abril que sus beneficios del mes de marzo se hundieron el 95% debido al aumento de los costes derivados de las medidas que la cadena de supermercados tuvo que implantar en sus establecimientos para luchar contra el coronavirus: seguridad para clientes y empleados, compra de guantes, mascarillas, gel desinfectante, gafas protectoras y mamparas en la sección de cajas, entre otras partidas. Asimismo, reforzó su plantilla con la contratación de 600 trabajadores.
