"Los congelados comienzan a consolidarnos en la mente de los clientes como una opción real para complementar sus compras, cuando no para la compra semanal completa", explicaba Barry Williams, director general de Poundland, en declaraciones a The Grocer hace cinco años.

Hoy la cadena de supermercados británica ha anunciado que cerrará un mínimo de 68 tiendas y recortará hasta 2.000 empleos en un esfuerzo por revertir los malos resultados de los últimos ejercicios. 

Su intención es quedarse con 650 tiendas de las más de 800 con las que cuenta actualmente, cerrar el canal online, enfocarse en sus categorías fundamentales y prescindir del congelado.

Este último punto del plan de reestructuración es llamativo. En 2020, Poundland adquirió Fulton's Foods, un fabricante de comida congelada, con la intención de elevar el ticket medio y crecer en el segmento. Pero se ha dado cuenta de que no puede competir con los principales actores en este nicho: Aldi y Lidl, que cuentan con una oferta optimizada y de muy bajo precio con la que es difícil competir. 

Ahora la cadena se concentrará en sus categorías fundamentales y recuperará gamas que habían quedado abandonadas en los últimos años, como la ropa femenina o los productos generales de temporada.

El caso de Poundland tiene ecos en nuestro país en La Sirena. La enseña española cuenta con características diferentes —está más especializada y sus tiendas son más pequeñas y de proximidad—, pero podría sufrir una suerte similar.

La empresa que dirige José Elías ha firmado un ejercicio 2024 con crecimiento cero, y no logra avanzar en volumen a pesar de haber realizado un gran esfuerzo en descuentos, promociones y visibilidad en redes. Para un especialista en congelados es difícil encontrar un espacio propio, apuntan expertos del sector consultados por este medio.

Aunque La Sirena compite en una gama más alta que Poundland, Lidl o Aldi, todavía no ha ofrecido argumentos de peso que justifiquen la molestia de comprar el pescado en un especialista.