Los momentos Kit-Kat ya tienen su propio escenario. Nestlé ha abierto la primera tienda de la marca en el mundo. Está ubicada en Tokio (Japón), en el departamento de Seibu, en el distrito de Ikebukuro. Y os voy a enseñar cómo es.
Todas las referencias de la marca, junto con otras exclusivas y especiales, se reparten en una moderna tienda que hará las delicias del consumidor nipón. Además, la marca cuenta con la colaboración de la firma chocolatera local Takagi.
La tienda ofrece algunos sabores exclusivos muy del paladar japonés, como los Kit-Kat con sabor a té verde Sakura. Algunas referencias muestran especialidades de algunas regiones del país asiático.
Este superventas (según Nestlé, cada segundo se consumen 650 barritas de la marca en el mundo), es todo un producto de culto en Japón. Además, es considerado un amuleto de la suerte. Sí, como lo oyen. Al parecer, Kit-Kat suena como una expresión japonesa, kitto-katsu, que significa algo así como "triunfarás seguro".
Su éxito en Japón ha impulsado el lanzamiento de cientos de sabores singulares en ediciones especiales y satisfacer así los gustos de los japoneses. Ahí van unos cuantos: wasabi, patata violeta, galletas de canela o pastel de alubias.
Y aquí un ejemplo de especialidad local, Kit-Kat sabor puding de kobe, muy cremoso y con un toque cítrico.
La primera boutique de Kit-Kat en el mundo es una prueba de cómo los fabricantes pueden innovar y dar a conocer al consumidor sus novedades a través de experiencias que van más allá del acto de consumo, en espacios propios construidos ad hoc. Y, para ello, se convierten en tenderos.
