La campaña de la vendimia ha arrancado en Cataluña marcada por la emergencia climática, que ha llevado al sector a dar ya prácticamente por perdida la mitad de la producción, con un impacto especial en comarcas centrales como las del Penedès, Anoia y Garraf.

"La situación es dantesca. Hemos empezado la vendimia en la zona central del Penedès, donde se concentran más uvas en Cataluña, y lo que recogeremos es miseria", ha asegurado a Efe Jaume Domènech, responsable de la DO Cava de la organización agraria JARC (Joves Agricultors y Ramaders de Catalunya).

Hace algo más de diez días empezaron a recogerse las variedades más tempranas, como el chardonnay, con producciones muy por debajo de las habituales, y esta semana se ha abierto la campaña en las comarcas del Penedès, donde se produce especialmente cava, con expectativas también muy bajas.

PÉRDIDAS DE MÁS DEL 50% E INCLUSO DEL 100%

"Calculamos una pérdida media del 50% de la cosecha en toda Cataluña. En algunos puntos se perderá hasta el 80 y el 90% y en otros, el 30%", ha detallado Domènech, que señala que el cambio climático está adelantando la época de la vendimia y acortando su duración por la falta de frutos por recoger.

Así, hay fincas de la variedad chardonnay que tendrán producciones muy pequeñas, de entre 2.000 y 3.500 kilos por hectáreas, cuando en un año sin graves efectos de sequía se puede llegar a los 7.000 o 8.000 kilos, según cálculos del sindicato Unió de Pagesos.

El responsable nacional del sector de la viña y el vino de Unió de Pagesos, Josep Marrugat, ha explicado que hay casos puntuales de productores que han perdido el cien por cien de la cosecha, y lo que es peor, que algunas cepas en el Camp de Tarragona "se están muriendo". "Si las cepas se mueren se compromete la viabilidad futura de las explotaciones", ha alertado.

Las viñas de las DO Costers del Segre, Terra Alta, Conca de Barberà y la parte norte de la DO Tarragona están menos afectadas por la sequía, por lo que se espera una vendimia más normalizada.

La falta de lluvia y el calor hacen que el crecimiento y la maduración de la uva sea irregular, que el fruto madure antes y que el producto que se recoge en muchos casos sea más pequeño, por lo que tiene menos jugo. Sin embargo, todo apunta a que será una campaña con un vino de buena calidad.

LOS PRECIOS SUBEN POR LA BAJA PRODUCCIÓN

Otra consecuencia de la falta de uva es la subida de precios, que algunos productores creen que se elevarán hasta el 50%, un incremento que las asociaciones del sector ven necesario para no comprometer la viabilidad de las explotaciones en un momento en el que los costes de producción se han disparado.

De cara al futuro, el responsable de la DO Cava de la JARC advierte que, si se repiten otros episodios de sequía como el de este año, el sector de la viña se encontrará con "problemas muy serios", por lo que pide apoyar el regadío e incluso plantear la posibilidad de utilizar desaladoras.

El portavoz de Unió de Pagesos también defiende la implementación del riego, pero advierte de las dificultades por la escasez de agua y apuesta más por reducir la producción y extender las variedades más resilientes como la garnacha en lugar del merlot o el chardonnay, que sufren más la crisis hídrica.

La crítica situación del sector ha llevado también a la JARC y a Unió de Pagesos a reclamar a las patronales del sector y a las bodegas que paguen a los agricultores por encima de 0,60 euros el kilo de uvas para garantizar que se puedan ganar la vida.

Marrugat ha asegurado también que se han disparado costes como el alquiler del transporte de las uvas de la finca a la bodega, que será más caro por la dificultad de llenar los remolques por la escasa producción.

MERMA IMPORTANTE EN LA PRODUCCIÓN DE LA DOP JUMILLA 

Por su parte, los viñedos de secano en la mitad sur de la Denominación de Origen Protegida Jumilla (DOP), en Murcia, también experimentarán una merma de su producción de entre el 30% y el 40%, según ha informado la organización de productores.

Una reducción que viene motivada igualmente por la sequía que se ha arrastrado desde la campaña anterior, a la cual pusieron fin las lluvias acontecidas en junio, y que augura una vendimia difícil e irregular.

Como medida para paliar la merma de producción el Consejo Regulador de la DOP Jumilla aprobó en el pleno celebrado a mediados de julio una reducción de cuotas para el viñedo de manera excepcional para esta próxima campaña.