Como ya os adelantamos, Pascual acaba de anunciar la incorporación de Nutri-Score a sus productos, en un paso que la compañía de alimentación complementa un ambicioso Modelo de Perfiles Nutricionales propio. Con ello, la empresa referente en alimentación saludable en España aspira a tener los productos con la composición nutricional más equilibrada del mercado. Food Retail & Shoppers conversa con Elena Garea, directora de Nutrición y Salud de la compañía, para conocer más a fondo en qué consiste este modelo y cómo se refleja en los productos de Pascual.

-Vamos a comenzar con unas aclaraciones y una definición necesaria ante noticias confusas y contradictorias de los últimos meses: ¿qué es y en qué consiste el sistema Nutri-Score?

Es un modelo de etiquetado voluntario diseñado para ubicarse en el frontal de los envases. A través de un color y una letra, y apoyándose en un complejo sistema de valoración nutricional, traslada de manera muy visual la información sobre la calidad nutricional de un alimento o bebida. Las opciones se encuentran entre letra A y color verde oscuro hasta la letra E y el color naranja oscuro. 

Creemos que es un modelo que cumple con el objetivo que persigue, que es ayudar al consumidor en el momento de la compra. Es decir, se enfrenta al momento de la compra en el lineal y, comparando alimentos de la misma categoría y del mismo momento de consumo, es capaz de identificar mejor la calidad nutricional de un producto y así elegir con conocimiento.

Es importante aclarar que el sistema no está diseñado para comparar alimentos y bebidas de distintas categorías. Hemos visto cierto revuelo cuando se ha comparado -y lo hemos visto en las redes sociales- una bebida refrescante light con un aceite de oliva, y eso no tiene ningún sentido porque nadie utiliza el refresco para aliñar una ensalada ni nadie se refresca con aceite de oliva. Por eso siempre hay que comparar productos de la misma categoría o del mismo momento de consumo. Ahondando en este ejemplo, cuando comparemos dos bebidas refrescantes es cuando nos daremos cuenta de que una está valorada con la letra B y otra con la D, y ahí es cuando el consumidor tiene que tomar la decisión que considere oportuna. 

-¿Qué aporta este nuevo Modelo de Perfiles Nutricionales propio de Pascual al etiquetado ‘tradicional’ de Nutriscore? ¿Qué valor añadido supone para el consumidor?

Es importante destacar que nosotros hemos adoptado Nutriscore para los envases, pero esto por sí mismo no sirve para desarrollar alimentos saludables. Es decir, el sistema tiene limitaciones porque está orientado a la simplificación (letra-color), y cuando tiendes a simplificar algo complejo es lógico que te dejes cosas por el camino.

Por eso, en Pascual hicimos esta reflexión y nos dimos cuenta de que necesitábamos una herramienta para desarrollar productos más saludables, ya que es nuestro posicionamiento como compañía y tenemos un catálogo de productos ampliamente saludable. Por eso diseñamos este 'Modelo de Perfiles', que tiene como objetivo adoptar unos criterios nutricionales y de salud vinculados al producto desde el mismo momento de su concepción. ¿Qué importancia tiene esto? No es lo mismo contar a tus amigos lo bien que cocinas que conquistarlos con tu plato estrella y tu propia receta. Es decir, tu puedes desarrollar un producto con el objetivo de comunicar sus bondades (por ejemplo, la cantidad de Calcio o de Vitamina D del mismo), o puedes desarrollar el producto integrando esas propiedades en la receta desde el momento en que lo estás concibiendo. Y esa es la parte diferencial.

En este sentido, cuando vas a desarrollar un producto, tienes que valorar qué cantidad de azúcar o sal llevará o qué tipo de aceite empleamos en su elaboración. Son factores que forman parte del criterio nutricional para desarrollar un producto saludable y es, en definitiva, lo que hacemos en Pascual cuando estamos desarrollando. Este proceso cubre tres criterios:

1. De qué categoría de producto estamos hablando. Porque no le puedes pedir lo mismo a nivel nutricional a un lácteo que a una bebida refrescante, porque cada uno ocupa un lugar diferente en la dieta.
2. A quién va dirigido este alimento. Porque las necesidades nutricionales son también distintas en función del tramo de edad al que perteneces o de las características de grupos concretos (no es lo mismo elaborar un producto para niños que para adultos; o para deportistas; o para veganos; o para grupos de población con alguna intolerancia...).
3. Tener en cuenta los nutrientes. Tanto los que tenemos que favorecer como los que tenemos que controlar. Y no nos referimos sólo al azúcar, la sal o las grasas saturadas; sino a qué nutrientes y qué cantidad de los mismos se necesita para desarrollar una función concreta en el organismo (no es lo mismo desarrollar un producto que ayude a fortalecer los huesos que otro para reforzar el sistema inmunitario. Todo esto va a influir en el posicionamiento del producto. 

Después de todo esto, surgiría por coherencia un cuarto criterio: el de la elección del sistema Nutriscore para el etiquetado del producto.

-El consumidor es cada vez más exigente y valora más el driver salud. Pero hay decenas de perfiles de consumidores y el surtido de Pascual es gigantesco, ¿cómo adaptáis vuestro portfolio a esa variedad?

Lo que hacemos es marcar el umbral de nutrientes -máximo o mínimo- que tiene que tener el producto que vamos a desarrollar. Además, este Modelo de Perfiles Nutricionales nos obliga a reestudiar y reevaluar constantemente las recetas de nuestros productos, porque a alimentación va evolucionando. 

No nos alimentamos igual que hace 15 o 20 años. Los cambios en los hábitos de consumo obligan a que los productos vayan evolucionando y que tengamos que adaptar constantemente nuestro modelo a las nuevas necesidades.  

De este modo, el Modelo de Perfiles Nutricionales permite esa constante innovación en la elaboración del producto mediante el análisis de la categoría; el publico al que va dirigido y la necesidad de nutrientes. Al final, para que el consumidor se dé cuenta de qué producto está consumiendo y su comparación con otros de la misma categoría, lo más sencillo es comparar la etiqueta y ahí entra el juego el etiquetado Nutriscore. Por ejemplo, los batidos Pascual tienen una letra A gracias a que hemos ajustado la composición del producto a los criterios que la Aesan (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) establece para el consumidor juvenil. Y ahí el consumidor puede ver claramente cómo, por ejemplo, hemos reducido los azúcares del producto.

En definitiva, se trata de innovar en el producto para satisfacer las necesidades del consumidor.

-¿Hay alguna categoría ‘rebelde’, algún producto difícil de etiquetar en este modelo tan exigente?

Todos los productos son rebeldes porque estamos modificando su ADN, estamos cambiando sustancialmente la receta. La parte más difícil de aplicar este Modelo de Perfiles Nutricionales es realizar el estudio previo al que te obliga el propio modelo para garantizar que los criterios con los que defines el producto están asentados en la evidencia científica y las recomendaciones nutricionales.  

Aplicar un perfil nutricional como el de Pascual supone una importante inversión de recursos, desde el departamento de I+D hasta el de marketing. Lo más crítico para que sea un éxito es el alineamiento interno en la compañía. Una vez que consigues que sea excepcional, como es el caso de Pascual, todo lo demás va rodado.