Grupo Ferrero apuesta por España como polo productivo y tecnológico.
La multinacional italiana destinará 140 millones de euros a la transformación de su planta de Ice Cream Factory Comaker (ICFC) en en el municipio valenciano de Alzira (Valencia) para convertirla en un centro tecnológico europeo del helado.
La instalación, adquirida en 2021 y ya plenamente integrada en el ecosistema industrial del grupo, asumirá un papel central en el desarrollo de nuevos productos y en el crecimiento del negocio de helados en el continente.
La inversión forma parte de un plan de modernización a largo plazo que incluye la ampliación de capacidad, la mejora de procesos industriales y la incorporación de nuevas tecnologías orientadas a la eficiencia, la sostenibilidad y la calidad. Ferrero prevé instalar nuevas líneas de producción antes de 2030, desde las que se impulsará una nueva generación de helados que se distribuirán en toda Europa.
La noticia llega apenas dos meses después de la inauguración del centro de innovación de Danone en Aldaia, también en la Comunidad Valenciana, en el que invirtió 60 millones de euros.
Fin de la marca blanca en Alzira
Para dar cabida a esta nueva estrategia, Ferrero dejará de fabricar marca de distribuidor (MDD) en Alzira a finales de 2026, aunque mantendrá el suministro habitual hasta esa fecha y respetará "todos los acuerdos vigentes", según ha subrayado en un comunicado. La medida afecta únicamente a la planta valenciana, único centro en Europa que fabrica helados.
Ferrero asegura que no habrá impacto en el empleo: todos los trabajadores, tanto de oficina como de producción, conservarán su puesto. Además, parte de la plantilla asumirá nuevas responsabilidades dentro de la estructura renovada. La compañía desplegará programas de formación para facilitar la transición hacia los perfiles que requiere el hub tecnológico.
Franco Martino, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de ICFC.
"El nuevo rol de Alzira demuestra el valor estratégico de la Comunidad Valenciana en los planes de expansión del Grupo", subraya Franco Martino, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de ICFC.
La Comunidad Valenciana, eje de la expansión global
El giro estratégico en Alzira coincide con una etapa de fuerte expansión de Ferrero, que avanza en la construcción de un grupo más diversificado y global. En julio, la compañía anunció la compra de WK Kellogg —la histórica división de cereales dueña de Corn Flakes y Frosties— por 3.100 millones de dólares, una de las mayores operaciones alimentarias de 2025 y un movimiento clave para reforzar su presencia en Estados Unidos.
La adquisición de Kellogg es el último hito de la agenda que ha impulsado Giovanni Ferrero, propietario del 75% del capital y consejero delegado, desde su ascenso al trono en 2015. Su estrategia pasa por ampliar el portafolio más allá de Nutella o Ferrero Rocher y ganar escala en categorías complementarias, entre las que se encuentran los helados.
En una década, el grupo ha invertido más de 13.000 millones de dólares en 21 adquisiciones en nueve países, entre ellas la brasileña Dori Alimentos o la danesa Kelsen. El resultado es un perímetro mucho más sólido con el que Ferrero ha duplicado sus ingresos hasta los 18.400 millones de dólares y ha elevado el ebitda desde 1.600 hasta 3.000 millones.
La creación del hub tecnológico de Alzira encaja dentro del objetivo de ganar peso en productos de mayor valor añadido, para lo cual la innovación es esencial.
