El Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA, por sus siglas en inglés) ha autorizado a dos empresas, Upside y Good Meat, para vender pollo cultivado en restaurantes de este país.

"Se trata de una noticia fantástica que abrirá las puertas a muchas más autorizaciones de productos y acercará el día en que la cría industrial de animales y las cargas medioambientales que conlleva pasen a la historia", señala Jasmijn de Boo, directora general de ProVeg International.

A este respecto, recuerda que la explotación ganadera es responsable del 20% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. "Por ello es vital que sigamos fomentando el desarrollo de la carne cultivada en todo el mundo para evitar que sobrepasemos el límite de 1,5 grados de temperatura acordado internacionalmente", asegura.

"El desarrollo de la agricultura celular también permite a más personas alimentarse de forma sostenible, facilitando el cambio a una alimentación más respetuosa con el planeta", añade Boo.

UN NEGOCIO AL ALZA

Según la consultora McKinsey, la próxima década se centrará probablemente en demostrar la viabilidad comercial de esta propuesta, con una modesta penetración en el mercado. Además, habla de que ya en 2030 el tamaño del mercado de la carne cultivada puede llegar a alcanzar los 25.000 millones de dólares.

Un estudio del ciclo de vida muestra que la carne de vaca cultivada podría suponer una reducción del 92% de la huella de carbono si se utiliza energía renovable en el proceso de producción, del 95% del uso del suelo y del 78% de las necesidades de agua, en comparación con la producción convencional de carne de vaca.

Ya en 2022 el gobierno holandés concedió 60 millones de euros para apoyar la creación de un ecosistema nacional de agricultura celular dentro del Fondo Nacional de Crecimiento del país. Mientras tanto, Singapur ha sido quien ha abierto el camino de las autorizaciones, dando luz verde a la carne cultivada ya en 2020.

ESPAÑA, QUINTO PAÍS EUROPEO INVERSOR EN CARNE CULTIVADA

El sector foodtech se ha consolidado en los últimos años como palanca de la industria alimentaria mundial. Así, el ecosistema foodtech en España, que incluye la producción de proteínas alternativas como la carne cultivada, ocupa la quinta posición en cuanto a mayor inversión en Europa, pública y privada, tras Alemania, Reino Unido, Francia y Holanda, según un informe del ICEX. El mismo estudio indica que las startups españolas triplicaron su inversión en 2021 (695 millones de euros) respecto al año anterior.

JBS, una de las mayores productoras cárnicas del mundo, ha anunciado que su filial BioTech Foods ha iniciado las obras de construcción de su primera planta a escala comercial para producir carne cultivada en España, cuya finalización está prevista para mediados de 2024.

Se estima que la fábrica producirá más de 1.000 toneladas métricas de carne cultivada al año, según ha avanzado esta compañía, y podría ampliar su capacidad a 4.000 toneladas métricas a medio plazo.

La inversión ronda los 38 millones de euros para una nueva planta de 11.000 m2 en Eskusaitzeta, el polígono industrial de Donostia al que se trasladará toda la actividad de la empresa. La planta albergará tanto los equipos de proceso para la producción de carne cultivada, como la parte de I+D de la empresa.

Este departamento será especialmente relevante, con perfiles profesionales expertos en biología, bioquímica y biotecnología. Asimismo, la parte de producción de la planta contará con personal especializado en ingeniería de procesos, producción y formación especializada en cultivos celulares. Para ello, BioTech Foods prevé aumentar considerablemente la plantilla, hasta las 150 personas en un periodo medio de tiempo.

"Se espera que este mercado experimente un enorme crecimiento en la próxima década, y las fuentes indican que en 2032 el 12% de las proteínas consumidas en el mundo procederán de este tipo de sistema de producción de alimentos más equilibrado", apunta Íñigo Charola, CEO de BioTech Foods.

¿QUÉ ES LA CARNE CULTIVADA?

Según define la FAO, "la producción de alimentos a base de células, o agricultura celular, implica el cultivo de células aisladas de animales seguido de su procesamiento para producir productos alimenticios que sean comparables a las versiones animales correspondientes". Por lo tanto, "los productos alimenticios a base de células pueden ser llamados con un modificador como 'cultivados', seguido del nombre del producto, como carne, pollo, pescado, etc."

La USDA considera a los alimentos de agricultura celular como "productos alimenticios de carne" y "productos alimenticios de aves" según las regulaciones. Es por ello que están sujetos a los mismos requisitos estatutarios, regulaciones y supervisión de la FSIS que los productos alimenticios de carne y aves animales".