Morrisons registra sus peores resultados en los últimos ocho años. Las ventas a superficie comparable de la cadena británica cayeron el 5,9% en su último año fiscal (cerrado el 1 febrero) mientras que su beneficio antes de impuestos descendió el 52%, hasta las 354 millones de libras (486,5 millones de euros).
Según fuentes de la publicación Kam City, entre los motivos de esta bajada se encuentran la inversión realizada en los precios con el objetivo de recortar los márgenes y el ascenso de Aldi y Lidl, que han alterado el mercado y a las cuatro grandes superficies británicas (Tesco, Morrisons, Asda y Sainsbury).
Ahora, los expertos afirman que la marca tiene que ser “más audaz” para recuperar el nicho de mercado que creó y luego perdió. Si hay un resquicio de esperanza en estas cifras es que los descensos de ventas frenaron en el cuarto trimestre hasta el 2,6% y que el sector minorista del Reino Unido y la economía en general han dado razones para un cauto optimismo durante 2015.
Morrisons requerirá la formulación e implementación de planes estratégicos de marketing basados en el conocimiento detallado y la comprensión de su mercado y el cliente para mejorar. Entre otros cambios, la cadena ya ha introducido nuevo personal en su dirección y ha comenzado a reducir el tamaño de su negocio (prevé cerrar 23 tiendas durante este año, lo que supondrá la pérdida de 300 puestos de trabajo).
