Silvio Berlusconi, el hombre que también quiso reinar en la distribución italiana
A través de su holding financiero, Berlusconi llegó a poseer una mayoría de acciones de Standa, propietaria de Euromercato, e impulsó su fusión con la cadena familiar Brianzoli. Como primer ministro de Italia, impulsó medidas controvertidas relacionadas con el sector del retail alimentario.
Silvio Berluscoli ha fallecido hoy en el hospital San Raffaele de Milán a la edad de 86 años a causa de una complicación pulmonar derivada de su larga lucha contra la leucemia.
El tres veces primer ministro de Italia, dueño del imperio mediático de Mediaset y expresidente del AC Milan, amado y vilipendiado a partes iguales por sus conciudadanos, deja una larga y sin embargo poco conocida trayectoria en la distribución alimentaria.
A la manera de Il Cavaliere, todo comenzó como una aventura. En concreto, el holding financiero Fininvest, de Berlusconi, se hizo en 1988 con la mayoría de acciones de Standa, una de las cadenas de supermercados más antiguas de Italia que, a su vez, era propietaria de Euromercato.
A continuación Berlusconi impulsó una fulgurante expansión por todo el país: inauguró decenas de hipermercados y supermercados, y llegó incluso a enfrentarse con la mafia, que atentó en diversas ocasiones contra las sucursales de la enseña en Catania.
En 1991, Fininvest dio un paso más: adquirió los supermercados Brianzoli, propiedad de la familia Franchini, y promovió su fusión con Standa. En las negociaciones que precedieron a la fusión, quedó establecido que la familia Franchini recibiría el 14% de las acciones de Standa y colocaría a uno de los suyos, Gianfelice Franchini, como director general de Standa y Euromercato.
Así fue. Durante este periodo, Standa experimentó un crecimiento espectacular. Se abrieron nuevos hipermercados, entre los que se encuentra el de Grugliasco (Turín), en el centro comercial Le Gru. Las dos enseñas realizaban campañas promocionales conjuntas y crecían a buen ritmo.
Sin embargo, pronto aparecieron desavenencias irresolubles entre la familia Franchini y Berlusconi. Existían conflictos de interés entre el grupo Standa y Publitalia en relación a sus contratos con proveedores. Además, las dos partes tenían visiones contrapuestas sobre el futuro de la empresa.
En particular, el naufragio del proyecto hard discount, promovido por Gianfelice Franchini, llevó a la salida de Standa de los tres hermanos Franchini.
Desde entonces, la enseña nunca más arrojó números en positivo.
En 1998 Fininvest decidió retirarse del sector minorista y escindió el grupo. La división no alimentaria se vendió al Grupo Coin, que transformó la red en Ovs y Coin, mientras que la división alimentaria se dividió en dos partes: los establecimientos del sur fueron adquiridos por el Grupo Cedi Marche, socio de Conad, y Gianfelice Franchini, respaldado por el Mediocredito Lombardo, adquirió la parte alimentaria de Standa en el centro-norte, fundando la empresa Nuova Distribuzione.
Sin embargo, la muerte repentina de Gianfelice Franchini poco después de la firma del contrato preliminar dejó a los herederos en una posición delicada: carecían de la cobertura financiera adecuada para la adquisición. No sería hasta 2001 cuando los puntos de venta restantes de la red alimentaria en el centro-norte, aún con la marca Standa, fuesen vendidos a Rewe, que los transformó en Billa.
¿Por qué se retiró Berlusconi del retail alimentario?
Las razones detrás de la venta de Standa han sido objeto de debate durante mucho tiempo. ¿Por qué se retiró Berlusconi del retail alimentario?
El magnate ha insinuado en más de una ocasión que se vio obligado a vender su participación en la sociedad debido a las dificultades de obtener licencias de apertura en los municipios controlados por el centro-izquierda.
Expertos como Marina Bassi, de Mark Up, consideran que la venta estuvo motivada por las necesidades de liquidez a corto plazo del Grupo Fininvest, especialmente expuesto a los bancos por aquella época.
En cualquier caso, Berlusconi nunca dejó de tener una relación muy estrecha con la distribución alimentaria. Ya como primer ministro, en 2004, congeló los precios de los supermercados hasta fin de año con el fin de contener la inflación, en una época difícil para los hogares italianos. Este acuerdo, consensuado con las principales asociaciones del sector, tenía como contrapartida la liberalización de las normas de promoción de ventas y los horarios de apertura de los comercios.
Era una medida ocurrente e inesperada, a la medida de Il Cavaliere, que tuvo consecuencias imprevistas en la cadena de abastecimiento.
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