El Código de Buenas Prácticas Mercantiles cumple su primer año
Se han sumado 78 entidades comprometidas con prácticas que fomenten relaciones justas, equilibradas y leales.
Tras casi un año desde su puesta en funcionamiento (el 24 de noviembre de 2015), el Código de Buenas Prácticas Mercantiles cuenta ya con 78 entidades adheridas. Gracias a él, las relaciones comerciales ganan en “equilibrio y transparencia” y, además, se consigue mejorar el acceso a la información y la trazabilidad a lo largo de la cadena alimentaria, según explica el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama).
Los operadores económicos adheridos se comprometen a aplicar, de forma voluntaria, prácticas mercantiles que fomenten relaciones justas, equilibradas y leales entre los operadores de la cadena alimentaria, y a resolver los conflictos que se pudieran suscitar a través del sistema establecido en el mismo.
El código es de aplicación uniforme en todo el territorio español y la adhesión al mismo es voluntaria. Entre sus principios básicos destacan el equilibrio y justa reciprocidad entre las partes, libertad de pactos, buena fe, interés mutuo, equitativa distribución de riesgos y responsabilidades, cooperación, transparencia, respeto a la libre competencia en el mercado y sostenibilidad de la cadena alimentaria.
Para interpretar y determinar el alcance de las cláusulas que componen el código, existe una Comisión de Seguimiento que realizará, además, una serie de funciones en relación con la promoción, seguimiento del grado de implantación y cumplimiento y mejora del formulado del código. Además, en colaboración con el Observatorio de la Cadena Alimentaria, llevará a cabo el diseño y la puesta en marcha del panel para el seguimiento de la innovación en la cadena agroalimentaria.
Según Mapama, las ventajas de sumarse a este código son muchas, entre ellas la oportunidad para corregir los problemas del sector, que puede definir, de mutuo acuerdo, las prácticas que considera adecuadas y tolerables.
Asimismo, permite aumentar el marco de protección de los operadores por encima de las prácticas objeto de regulación; su sistema de resolución de conflictos ofrece una respuesta rápida, con reducidos costes operativos; las organizaciones de productores y los compradores contarán con una mediación específica para cuando no haya acuerdo; y los operadores inscritos podrán utilizar un logo con la mención de ‘Acogido al Código de Buenas Prácticas Mercantiles en la Contratación Alimentaria’.
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