Fabricantes | La industria del plástico crece en plena 'cacería' contra ella

Según las últimas cifras, las empresas del sector superaron los 3.000 millones de euros de facturación en 2017, un 7% más que el año precedente.

Asistentes a la feria Made from Plastic
Asistentes a la feria Made from Plastic

España es el segundo país europeo que más plásticos vierte al mar Mediterráneo, en concreto 126 toneladas diarias. Sin embargo, la industria del plástico, muy cuestionada y perseguida en los últimos tiempos, atraviesa un momento dulce, al menos por lo que a sus cifras económicas se refiere.

Y es que, en el ejercicio 2017, el último del que el INE maneja datos, estas empresas facturaron 3.056 millones de euros, un 7% más que en el año anterior. En cuanto al número de personas a las que da trabajo, 2017 cerró con 18.138 empleados, frente a los 17.859 del ejercicio precedente, informa Aimplas, Instituto Tecnológico del Plástico.

En 2018, la industria del plástico y el caucho en la Comunidad Valenciana elevó su número de empresas de 903 hasta 910

En el marco de la feria Made from Plastic, que se celebra en Valencia, el centro tecnológico ha presentado las cifras del sector que muestran, desde luego, una "progresión" de esta actividad. En 2018, por ejemplo, la industria del plástico y el caucho en la Comunidad Valenciana elevó su número de empresas de 903 hasta 910.

Aimplas también ha registrado un crecimiento de su actividad, pasando de unos ingresos totales en 2017 por valor de 10,3 millones de euros a los 11,7 millones de euros facturados en el pasado ejercicio (un 13,6% más). En número de clientes el centro ha pasado de 2.460 en 2017 a 2.576 en 2018, mientras que el número de empresas asociadas ha alcanzado las 626 frente a las 612 del año anterior. Además, el centro ha crecido un 17% en número de empleados, hasta alcanzar una plantilla de 152 personas.

Esta entidad recuerda que, el año pasado, gestionó un total de 170 proyectos de la mano de 452 empresas (de las cuales 268 eran pymes) y que obtuvieron un retorno de 26,2 millones de euros de su apuesta por la I+D+i. "Gracias a estos proyectos, se han desarrollado soluciones a los retos que plantea la sociedad en materia de medioambiente, salud, movilidad sostenible, seguridad alimentaria o industria conectada", asegura.

CONTAMINACIÓN CON MICROPLÁSTICOS

Por su parte, la organización de periodismo Orb Media que recoge Tapp Water, empresa especializada en soluciones de filtrado para el agua del grifo, llevó a cabo a finales del año pasado uno de los mayores estudios sobre el agua embotellada y agua del grifo. Los análisis arrojaron un "escalofriante" resultado: el 92% del agua embotellada y el 83% del agua del grifo están contaminadas con microplásticos.

Las partículas de microplásticos más pequeñas encontradas en el agua analizada eran de 2,5 micrómetros, aunque la mayoría eran considerablemente mayores. En el agua embotellada, se analizaron 250 botellas de agua de nueve países diferentes, se detectaron un promedio de 40 partículas de plástico por galón (3,78 litros), cada una más grande que el ancho de un cabello humano. Un estudio previo puso de manifiesto que el 94% del agua del grifo en Estados Unidos y el 72% en Europa contenían microplásticos.

"Los microplásticos ya han llegado a nuestra sal de mesa, el pescado que consumimos, y hasta el aire que respiramos"

A pesar de que todavía no hay evidencia científica de que estas partículas sean peligrosas para la salud humana, este análisis recuerda que son fáciles de ingerir dado su pequeño tamaño, y actualmente son objeto de estudio por parte de la Organización Mundial de la Salud. "De hecho, según informes recientes, los microplásticos ya han llegado a nuestra sal de mesa, el pescado que consumimos, y hasta el aire que respiramos, aunque aún se desconoce su impacto en nuestra salud a largo plazo", apunta Rocío Alcocer, directora general de Tapp Water.

La directiva recuerda que Europa ha votado recientemente una medida que tiene como objetivo hacer que desaparezcan del mercado todos aquellos productos que ya tienen una versión biodegradable para antes de 2021. En el caso de determinados plásticos contaminantes para los que no existe una alternativa, su consumo tendrá que reducirse al menos un 25% hasta el año 2025.

Eso sí, los Estados miembros deberán diseñar planes nacionales que incentiven el uso de productos que puedan ser reutilizados. Otros plásticos como las botellas de bebidas, deberán recogerse separadamente y su porcentaje de reciclaje deberá alcanzar el 90% en 2025.

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