Food | 5 alimentos que podrían escasear en los supermercados en 2023

Los expertos advierten de que el desabastecimiento mundial de algunos alimentos puede continuar e incluso agravarse a lo largo de este año.

Diferentes clases de pan
Diferentes clases de pan

Desde el inicio de la guerra de Ucrania venimos escuchando diversas voces autorizadas que apuntan al desabastecimiento de alimentos y productos. Y ello viene agravado, además, por la continuidad de la pandemia de coronavirus a escala mundial y la elevada inflación que está afectando a las cadenas de suministros. Está claro que la era de la abundancia ha llegado a su fin, como señaló recientemente el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Estos son los cinco alimentos que los expertos coinciden en que podrían escasear en los supermercados a lo largo del año ahora iniciamos y que recoge tapasmagazine.es:

MAÍZ

Según un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), la producción mundial de maíz se reducirá en 6,5 millones de toneladas. De esa cantidad, 4,5 millones de toneladas las dejará de producir Ucrania, mientras que otro millón dejará de generarlos Rusia. Además, las cambios extremos en el clima en diferentes regiones del planeta han afectado también a la producción de otros países. Asimismo, Estados Unidos, China y Brasil, principales productores del grano, también plantean una leve reducción de su producción, tanto por las dificultades climáticas como por la complicación en el acceso a los fertilizantes.

PAN

Tanto Rusia como Ucrania son importantes productores mundiales de trigo y otros cereales. Entre los dos representan alrededor del 20% del comercio mundial. Por eso, el conflicto bélico ha causado numerosas interrupciones, incrementos de precio y problemas de abastecimiento a escala global. Aunque países como China, India, Estados Unidos o Francia son también productores principales de trigo, en muchos países tomaron medidas para racionar este cereal y asegurar una mínima producción de pan.

ACEITE VEGETAL Y DE PALMA

Ucrania y Rusia son los dos principales productores de aceite de girasol, con el 53,1% y el 19,1% de la producción mundial, respectivamente. Estando estos dos países en pleno conflicto, ha conllevado la interrupción en las cadenas de suministro de aceite. Como consecuencia, los precios se dispararon todavía más en la mayoría de los países.

Por otro lado, el gobierno de Indonesia prohibió el año pasado, entre abril y mayo, la exportación de aceite de palma. Hay que tener en cuenta que este país es el primer productor mundial de este alimento, por lo que dicha medida afectó considerablemente al abastecimiento del resto de países.

CERVEZA

Varios factores pueden afectar al abastecimiento de esta bebida, muy consumida en países como España. Por un lado, tiene que ver con los costes tanto para la elaboración de malta, como de los palés, botellas y corchos. Según la asociación alemana de cerveceros, ha supuesto un incremento del 100% de los costes para los fabricantes.

Otro motivo es la escasez del dióxido de carbono, ingrediente clave en la elaboración de esta bebida, ya que el gas que le da consistencia e impide que tenga un sabor amargo. La pandemia provocó problemas en las plantas de etanol y amoníaco, donde se produce el dióxido de carbono.

A ello se suman las sequías y otros factores meteorológicos extremos que también afectaron a los rendimientos del lúpulo, ocasionando malas cosechas en prácticamente todo el mundo. Está por ver cómo ello puede afectar a nivel mundial y si habrá una escasez real de este producto.

CHAMPÁN

El gran incremento en la demanda mundial del champán, sumado a los problemas que está habiendo en la cadena de suministro y su logística, ha provocado que haya mayor escasez de esta bebida, puesto que los envíos se han retrasado. Además, la producción se ha visto también afectada por problemas en las botellas, los corchos o las etiquetas.

Desde que estalló la guerra en Ucrania, la escasez de alimentos provocó algunos problemas para la gastronomía española.

En suma, se avecina un invierno duro. "Para el consumidor va a ser muy complicado ir a hacer la compra. Por eso, se reorganizará parte de la oferta y las tiendas volverán a centrarse en los básicos, porque al agricultor no se le va a pagar el diferencial por cultivar patata morada, ni la mayoría de consumidores va a pagar más por ella. Los productores están en un momento en el que o sobreviven y repercuten el coste de producción o no producen porque saben que van a perder dinero", explicaba al diario El Mundo Pilar Aguado, experta en supply chain de la Universidad Politécnica de Valencia.

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