La lucha contra los plásticos está detras del auge que lleva experimentando desde hace unos años la alimentación a granel. A ello se suma, además, el alza de los precios, disparados desde hace meses, lo que favorece este tipo de negocios, una tendencia que, asimismo, están implantando algunas de las principales cadenas de alimentación.

Y es que, la compra de alimentos a granel suele generar un importante ahorro para los consumidores que, de un tiempo a esta parte, observan cómo muchas marcas están reduciendo significativamente la cantidad de sus productos pero mantienen o incluso aumentan su importe.

El truco más importante, según recoge Business Insider, es diferenciar entre alimentos frescos y aquellos que no lo son. Si bien algunos alimentos son ideales para comprar a granel debido a su larga vida útil o congelabilidad, los ingredientes más perecederos deben comprarse en cantidades más pequeñas para evitar que se echen a perder.

El blog de vida verde y vegana Green Sandra destaca otros beneficios de la compra al por mayor: conduce a un consumo más puro y nutritivo "sin disfraces de aditivos ni paquetes de colores que distraen". La escalabilidad permite que la compra se adapte a ti, y no tú a un formato predefinido.

Otra ventaja es que, con esta opción, también se puede ayudar a pequeños productores y agricultores locales que no pueden asumir el coste del envasado.

LOS MEJORES ALIMENTOS A GRANEL

Entre los mejores alimentos que se pueden adquirir a granel, las legumbres (garbanzos, habas, lentejas, alubias) están, sin duda, entre los más demandados. Son un alimento versátil, completo y muy económico, fuente de proteína de alta calidad destacan por la elevada estabilidad en almacenamiento. De hecho, pueden ser comestibles durante 10 años o más.

Los frutos rojos (frambuesas, moras o arándanos, por ejemplo) pueden comprarse a granel y congelarse, ya que el valor nutricional es similar e implica un importante ahorro económico.

También los frutos secos (mejor con cáscara) son una gran opción para el granel porque salen más baratos y su vida útil es muy larga.

Cereales, como el arroz blanco, si se almacena en un recipiente cerrado, puede durar hasta cinco años, y en los casos que este cereal está sellado al vacío, podría durar incluso 25 o 30 años comestible. Quinoa, espelta, trigo sarraceno, bulgur o amaranto son tambiñen buenas opciones para adquirir a granel, si bien deben conservarse siempre en recipentes herméticos y en lugares secos y frescos.

Asimismo, la pasta seca puede durar en buen estado hasta dos años si se almacena adecuadamente. Constituye una gran fuente de carbohidratos y minerales, y mejor aún si es integral.

Aceite de oliva, semillas y especias completan el listado para hacer la mejor compra a granel. El el caso del aceite de oliva, no caduca como tal y se conserva fresco entre 18 y 36 meses como máximo, dependiendo de su tipología y de si está filtrado.

Por su parte, las semillas a granel (chía, linaza, cáñamo o sésamo), se caracterizan por su elevada calidad y bajo precio, siendo mucho más económicas que las envasadas del supermercado.

Y en cuanto a las especias, cabe decir que en las tiendas o secciones a granel la variedad en inmensa. Existe toda clase de condimentos, desde los más comunes a los más exóticos, por un módico precio. Cabe recordar que si se prefieren las hierbas frescas, éstas pueden congelarse para tenerlas a mano durante todo el año.

Junto a estas recomendaciones, hay que recordar que otros alimentos como aceitunas, dátiles, avena o miel son duraderos y saldrán más económicos al por mayor.

UN CONSUMO SOSTENIBLE

Como decíamos, la filosofía de adquirir alimentos a granel favorece el consumo sostenible, ya que los compradores utilizan sus propis envases, evitando así el residuo que generan los envoltorios plásticos de la gran mayoría de alimentos.

Es, por lo tanto, evidente que comprar a granel reduce el uso de envoltorios innecesarios y además puede adaptarse a las necesidades concretas de cada consumidor en cantidades y calidades.

A ello se añade que los precios son más ajustados, ya que tanto el comerciante como el consumidor se ahorran los gastos de envasado y, además, se reduce el desperdicio alimentario, que no deja de ser también un derroche económico que muchas veces pasa desapercibido.

La prohibición de los plásticos en frutas y verduras, que entrará en vigor en España a partir de 2023,  afectará a supermercados y tiendas tradicionales. La corriente 'eco-friendly' gana cada día más adeptos y se hace más patente en el ámbito de la distribución alimentaria.