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Horeca | Así hace frente la Comunidad Valenciana al plan del Gobierno para reducir desperdicios

Algunos locales optan por cobrar por los recipientes para llevar o informar del tamaño de las raciones

Así hace frente la Comunidad Valenciana al plan del Gobierno para reducir desperdicios
Así hace frente la Comunidad Valenciana al plan del Gobierno para reducir desperdicios

Son muchas las comunidades que ya se han puesto manos a la obra para hacer frente a la nueva medida aprobada el pasado mes de junio por el Consejo de Ministros, sobre la Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, entre ellas, la Comunidad Valenciana. 

La norma, que ha entrado en vigor recién arrancado el nuevo año, busca disminuir las pérdidas y evitar que se desperdicien productos sin consumir. "El objetivo que se pretende es positivo y bueno para todos. Estamos concienzudos con el tema y cumplimiento la normativa", señalaba el presidente de la asociación provincial de empresarios de hostelería, Ashotur, Luis Martí.

Cumplir con la normativa pasa efectivamente en primer lugar por la sensibilización. "Desde hace varios años, los establecimientos en Hosbec veníamos cumpliendo un plan de sensibilización a los consumos, con cartelería especial y todo tipo de información", indica.

Sin embargo, pese a que reconoce estar "trabajando también en el tema de residuos", hay algo que se lo impide llevar a cabo al 100%. Concretamente otra legislación. "Con la legislación sanitaria en la mano, todo aquello que sale al comedor si no se consume hay que tirarlo, no hay alternativa. A veces sí nos gustaría hacerlo de otra manera pero la norma en ese caso no lo permite", asevera. 

Recipientes y reducir las cantidades 

Una de las medidas más efectivas para reducir la cantidad de residuos que se tiran al día es hacer uso de la fiambrera o controlar las cantidades que se cocinan de cada plato disponible en la carta de un restaurante. Por ejemplo, en el caso de los menús de fin de año, son muchos platos en los que a veces el comensal llega al último, que suele ser la carne, y apenas la toca. "Intentamos reducir la aportación del gramaje de la pieza, para que ni pierda el cliente ni el restaurador porque es una pena que acabe en la basura", agrega. 

Informar del tamaño de las raciones es otra posibilidad, así como donar los excedentes a las organizaciones benéficas.

Pagar por el recipiente

Aunque el proyecto de ley establece la obligatoriedad de tener envases para que los comensales puedan llevarse el excedente de sus comidas, algunos hosteleros se plantean cobrar a sus clientes por los recipientes.

Así lo explica un hostelero castellonense consultado por el periódico Mediterráneo, que señala que, en todo caso, se trata de una cantidad simbólica. "Hay quien pide para llevar y quien no; quien se queja cuando se lo cobras...", indica. "Lo que hacemos es fomentar que no se desperdicie comida, pero como es un sobrecoste se repercute al usuario". 

App para frenar el despilfarro

Además, más de un centenar de establecimientos valencianos ya se han adherido a la aplicación Too Good to Go, que permite a los usuarios comprar packs de comida con el excedente diario de alimentos en establecimientos cercanos evitando el desperdicio y ayudando a gestionar estoc. 

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