La confianza del consumidor sube 6 puntos en el segundo trimestre

La confianza del consumidor español sube seis puntos en el segundo trimestre del año, situándola en 80 puntos, ligeramente por encima de la media europea (79 puntos), según el último Estudio Global de Confianza de los Consumidores elaborado por la consultora Nielsen.

El informe señala una tendencia al alza en las expectativas de los consumidores sobre la situación del empleo y de sus finanzas personales para los próximos doce meses, aunque apunta que estos datos fueron recogidos "a un mes de la celebración de las elecciones del pasado 26 de junio y sin estar el Bréxit aún de actualidad".

En cuanto a la situación laboral, a corto plazo, uno de cada cuatro españoles la prevé como "buena o excelente", una expectativa que no era así desde el verano del año pasado. Lo mismo sucede con el estado de las finanzas personales a un año vista, que será "bueno" para un 41 % de españoles, cifra que no se daba desde el tercer trimestre de 2015.

De esta manera, son más las personas que consideran que es un buen momento para comprar todo aquello que necesitan, tal como afirma un 38 %, cuando en trimestres anteriores este índice rondaba el 30 %.

Sin embargo, aunque las perspectivas a corto plazo de los consumidores parecen mejores, la primera preocupación en España sigue siendo la economía, tal como manifiesta un 35 % en el estudio. Le siguen la seguridad laboral (28%) y la salud (23%) como principales inquietudes de los ciudadanos. En cambio, en Europa, si bien la economía también preocupa, la lista de incertidumbres la encabeza el terrorismo (24% de media).

No obstante, de acuerdo con el informe de Nielsen, a medida que la economía mejore, los españoles tienen pensado flexibilizar sus medidas de ahorro en el hogar, especialmente aquellas ligadas con el ocio fuera de casa, uno de los principales recortes de gasto —un 54 % lo pone en práctica—, y un 18 % seguirá limitando este tipo de ocio. Por otra parte, más de la mitad de los españoles trata de contener las facturas de la luz y gas, algo que cuatro de cada diez seguirán haciendo aun cuando la economía mejore.