Retailers | Así manda el cliente en Mercadona

La Estrategia Delantal son laboratorios en tienda para mejorar la calidad de los productos y cumplir así con las exigencias del "jefe".

Prueba de chocolates en uno de los laboratorios de coinnovación de Mercadona
Prueba de chocolates en uno de los laboratorios de coinnovación de Mercadona

Aunque hay nombres en Mercadona más ocurrentes, como la Teoría Brad Pitt, la Estrategia Delantal no le anda a la zaga. Detrás de su curiosa denominación, hay un todo un proceso fundamental para el desarrollo satisfactorio de la actividad de la cadena: vender. Son los laboratorios de coinnovación, donde la empresa colabora con el "jefe" (el cliente) para probar y mejorar los productos que luego ocuparán los lineales de sus tiendas.

Estos centros, instalados en los interiores de los supermercados (hay ya más de una decena por todo el país), están destinados a compartir con los clientes experiencias, usos y consumos de determinados productos de hogar, alimentación, cuidado personal e higiene, y cuidado de las mascotas.

Desde su implantación en 2011, Mercadona ha mejorado más de un millar de productos. Para ello, ha contado con la colaboración de más de 7.000 consumidores.

Prueba de chucherías en uno de los laboratorios de coinnovación de Mercadona
Prueba de chucherías en uno de los laboratorios de coinnovación de Mercadona

El proyecto permite consumir, cocinar, limpiar, asearse y cuidar las mascotas con los clientes, a los que se les puede escuchar directamente. Gracias a estas prácticas, con los monitores en los centros de coinnovación y la observación en las tiendas, se obtiene una información vital sobre las necesidades reales que tienen los clientes de Mercadona con el objetivo de proporcionarles los productos que realmente necesitan para su actividad diaria.

El modelo de coinnovación consiste en tres pasos. El primero es captar en la tienda y en el centro de coinnovación, tratando de comprender e interpretar al consumidor. El segundo es definir la solución y trasladarla a Compras y a los proveedores/interproveedores. El tercer y último escalón es su implantación. Primero con un prototipo, que una vez tiene luz verde es probado en tienda, antes de iniciar su producción.

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