Trendrinks | El tamaño sí importa… para conservar el champagne

La firma Louis Roederer, fundada en 1776, ofrece sus razones fruto de su dilatada experiencia. Te las contamos.

Botella de champagme de Louis Roederer
Botella de champagme de Louis Roederer

Los expertos enólogos prefieren catar y descubrir los matices que esconde el champagne en botella Magnum o superior frente al formato tradicional (0,75 l). Y es que el tamaño sí importa, y mucho, en el mundo del champagne. A mayor capacidad de la botella, menor es el aire respecto al líquido interior, como consecuencia la oxidación se ralentiza, sus cualidades se preservan y su evolución es más lenta permitiendo más matices y mayor complejidad.

Así lo resalta Louis Roederer, reconocida Maison de Champagne francesa, que ha recopilado los formatos de botellas de champagne presentes hoy en día. Desde los más conocidos, como las botellas Estándar (0,75 l), Magnum (1,5 l) y Jeroboam (3 l), hasta tamaños inimaginables por su peso y forma de conservación que cuentan con nombres de reyes de tiempos remotos.

En concreto, la firma ha analizado los formatos de 0,185 l (Benjamín: el equivalente a una copa larga de champagne); 0,375 l (Media botella: mitad de una botella estándar); 0,75 l (Estándar); 1,5 l (Magnum: dos botellas de 0,75 l); 3 l (Jeroboam: cuatro botellas de 0,75 l); 4,5 l (Rehoboam: seis botellas de 0,75 l); 6 l (Mathusalem: ocho botellas de 0,75 l); 9 l (Salmanazar: doce botellas de 0,75 l); 12 l (Balthazar: dieciséis botellas de 0,75 l); 15 l (Nabuchodonosor: veinte botellas de 0,75 l); 18 l (Salomón: veinticuatro botellas de 0,75 l); 26,25 l (Souverain: treinta y cinco botellas de 0,75 l); 27 l (Primat: treinta y seis botellas de 0,75 l); 30 l (Melchizedec o Midas: cuarenta botellas de 0,75 l).

El origen del formato estándar para el champagne apunta a la capacidad de los sopladores de vidrio que hacían las botellas

Pero, ¿de dónde surge el tamaño estándar para esta bebida? ¿por qué no de un 1 litro y así es más sencillo de calcular para unos y otros? Los motivos son diversos. El origen de este formato apunta a la capacidad de los sopladores de vidrio que hacían las botellas, no superiores a los 0,80 l de media, además de la conveniencia en el peso y manejo.

Posteriormente, la medida la estandarizó el Imperio Británico en el siglo XIX. Convertido en el más extenso de la historia fruto de su comercio, los británicos usaban el galón imperial (4,546 l). Una caja de seis botellas equivalía a un galón imperial pero también a un barril de vino de 225 l (50 galones/300 botellas de 75 cl) lo que terminó por corroborar la capacidad de 0,75 cl como la medida unitaria de todas las demás. Desde entonces, el formato ha permanecido invariable hasta que en 1975 se regularizó de forma oficial en Europa y, cuatro años más tarde, en Estados Unidos (1979), explica Louis Roederer.

UNA HISTORIA SECULAR

Esta firma, fundada en 1776 y propiedad de la misma familia desde 1819, es una de las grandes Casas de Champagne que a día de hoy siguen siendo independientes. La sexta generación de la firma familiar, representada por Frédéric Rouzaud, gestiona una explotación vitícola 240 hectáreas compuesta exclusivamente por viñedos Premiers y Grands Crus.

Louis Roederer ha sido considerada como la Maison de Champagne de mayor prestigio de la historia por la Revue du Vin de France. Entre sus champagnes se encuentran el Roederer Cristal, el Brut Premier, premiado en 2013 y en 2017 como el mejor Champagne Non Vintage del Mundo, o el Cristal Rosé, recientemente considerado el mejor champagne del mundo en The Champagne & Sparkling Wine World Championships y el primer champagne de la historia en recibir 100 puntos Robert Parker.

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