Food | Los invernaderos de Almería y Granada, despensa de hortalizas de Europa

Producen anualmente 4,5 millones de toneladas de productos hortofrutícolas y el 75% se exporta a la UE. Alemania, Francia y Reino Unido son los principales receptores.

Invernadero de tomates
Invernadero de tomates

Las 35.000 hectáreas de invernaderos solares ubicadas en Almería y la costa de Granada se han convertido en la despensa saludable de Europa, fundamentalmente durante la temporada de otoño a primavera, cuando la producción continental no es posible en otros países debido a las bajas temperaturas.

Las 14.500 explotaciones familiares propietarias de los invernaderos solares producen 4,5 millones de toneladas de frutas y hortalizas, principalmente, tomate, pimiento, pepino, berenjena, calabacín melón y sandía, las más consumidas por los europeos. El 75% de esta producción se exporta a países de la Unión Europea y seis de cada diez hortalizas que se comen en Europa proceden de los invernaderos del sur de España.

Así lo detalla CuteSolar: cultivando el sabor de Europa en los invernaderos solares, un programa impulsado por la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Andalucía (Aproa); la Organización Interprofesional Española de Frutas y Hortalizas (Hortiespaña); y la Asociación Europea de Frutas y Hortalizas (Eucofel), con el objetivo de informar a los consumidores europeos de las características específicas de los métodos de producción agrícola en invernaderos solares.

Y es que, las óptimas condiciones climatológicas que se dan en esta zona de España han convertido a los invernaderos solares de Andalucía en uno de los "puntales" de la agricultura mundial con una clara capacidad productora y exportadora. En 2017, la ONU reconoció este modelo como el mejor ejemplo de sostenibilidad para dar de comer al mundo, recuerdan estas entidades.

PRINCIPALES RECEPTORES

Alemania, con el 26% de la cuota de mercado, Francia (17%) y Reino Unido (12%) son los principales destinos de estos productos hortofrutícolas, siendo el pimiento, el pepino y el tomate las hortalizas con mayor cuota de exportación.

Un producto recolectado a primera hora de la mañana puede estar disponible en los lineales de los supermercados de medio Europa en las 48-72 horas siguientes

Aunque la exportación es testimonial, los productos hortofrutícolas de los invernaderos solares andaluces llegan también a degustarse en mercados tan alejados como Canadá, Liberia o Finlandia. Los sistemas de transporte rápidos y refrigerados, entregan el producto a los distribuidores en su punto óptimo de maduración. Así, un producto recolectado a primera hora de la mañana puede estar disponible en los lineales de los supermercados de medio Europa en las 48-72 horas siguientes.

Todos estos mercados, ávidos de productos frescos fuera de la temporada de verano y con poca producción propia debido, fundamentalmente, a su fría climatología, apuestan cada vez más por un abastecimiento estable, de calidad y seguro durante todo el año, algo que solo encuentran en la producción del sur de España. De hecho, durante la crisis de la Covid, el sistema productivo de los invernaderos solares no ha parado ni un segundo y ha demostrado su eficacia y seguridad para seguir surtiendo a todos los mercados de productos sanos y saludables, incluso, en las circunstancias más adversas.

CONTROL BIOLÓGICO

Aparte de las buenas condiciones climatológicas que se dan en el sur de Andalucía, hay otro aspecto que durante los últimos años ha incrementado la penetración en otros mercados. Se trata del control biológico, un método que emplea 'insectos beneficiosos' para combatir las plagas de manera respetuosa con el medioambiente. Esta técnica de cultivo ha sido reconocida por las principales cadenas de distribución europeas y ha sido una circunstancia decisiva para preferir los productos hortofrutícolas de los invernaderos solares de Europa frente a orígenes terceros.

Asimismo, sus responsables apuntan a los "altos estándares de calidad y seguridad" exigidos por los clientes europeos que han motivado que la gran mayoría de productores de cultivos de invernaderos solares cumplan con sistemas de certificación o normas de buenas prácticas agrícolas en el campo, lo que garantiza la trazabilidad y calidad de los alimentos en todas las etapas de producción, la sostenibilidad de la actividad y el trabajo en toda la cadena de valor.

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