El apagón que el pasado lunes dejó sin suministro eléctrico a millones de españoles y portugueses ha dejado algunas lecciones valiosas para el sector de la distribución alimentaria.
Entre ellas, la importancia de la autonomía energética de las tiendas y la relevancia del efectivo y de los vehículos de combustión interna (es decir, no eléctricos) en un mundo incierto.
También ha señalado ganadores y perdedores entre las cadenas, algunas de las cuales han sabido aprovechar la circunstancia para vender más mientras que otras se han visto obligadas a cerrar. Sobre todo ello hemos querido preguntar a directivos y profesionales del sector para que nos ofrezcan su versión desde dentro.
La autonomía energética, línea divisoria entre ganadores y perdedores
"La clave ha estado en los grupos electrógenos y en contar con buenos equipos de mantenimiento", señala un director general de una cadena nacional de supermercados.
Estos grupos electrógenos, al permitir más autonomía energética, han garantizado el buen funcionamiento de los supermercados grandes y de los hipermercados, que han hecho su particular agosto durante el apagón: eran de los pocos lugares en los que se podía comprar de todo —incluidas radios a pilas— y acceder a conexión wifi.
"Desde luego, ayer los distribuidores 'ricos': Mercadona, Carrefour, Eroski y algunos más, ganaron mucho dinero. Como cuentan con tiendas modernas con generadores, no cerraron en todo el día. En cambio, los pequeños tuvieron que cerrar a primera hora de la tarde", observa un conocido experto en retail alimentario.
"Todas las tiendas de proximidad cerca de mi casa, de diferentes enseñas, cerraron en menos de media hora por imposibilidad de atender y por el riesgo de robos. No se podía pesar, ni leer precios por escáner, ni pagar con tarjeta de crédito. Las cámaras de seguridad estaban fuera de servicio, y en algunos casos hubo problemas de cierre, puesto que están electrificados", apunta un veterano del sector.
"El lunes me lleva a varias valoraciones. Entre ellas, que el efectivo existe y es importante; que la tecnología nos impulsa, pero también nos puede bloquear; que la autonomía energética de las tiendas es vital; que los equipos y su compromiso son nuestra arma más potente; y que la colaboración entre retailers y fabricantes en momentos clave como este es fundamental", opina otro director general de una cadena regional.
Y añade un tono crítico acerca de la gestión de la crisis: "La legislación y las normas nos aprietan cada día más, pero las explicaciones cuando el fallo es de otros nunca nos llegan y la información y las disculpas brillan por su ausencia. El retail es un servicio básico para la sociedad, pero a la mínima nos abandonan a su suerte".
Las enseñas necesitan un plan B ante imprevistos
Un consultor experto en el sector consultado por este medio considera que el apagón no tendrá "ninguna incidencia a nivel macroeconómico, dado que las posibles pérdidas de producción o consumo se recuperarán rápidamente", pero sí subraya que ayudará a repensar alternativas para los sistemas críticos de electricidad.
"Igual que los hospitales pudieron seguir funcionando con normalidad gracias a los grupos electrógenos, los actores de consumo tendrán que pensar un plan B para sus productos almacenados en frío. Este es el principal riesgo a corto plazo para la distribución. Pero lo mismo podemos pensar en términos de flotas de transporte, ¿alguien se puede imaginar el caos de ayer si la mayoría de vehículos hubieran sido eléctricos?", se pregunta.
La misma persona, que prefiere permanecer en el anonimato, considera que el apagón pone de manifiesto que "no podemos eliminar el efectivo de nuestras vidas; por muchas razones, la privacidad entre ellas, pero también por cosas como lo que sucedió ayer".
Cultura de cliente, no todas la tienen
El director general de una marca de fabricante de primer nivel ha querido contrastar la cultura de las diferentes cadenas, con especial atención en Mercadona.
"En una situación de excepcionalidad como la de ayer me han llamado la atención las cadenas que han cerrado al primer contratiempo; con poca voluntad o medios de acometer el conflicto. Por el contrario, no deja de sorprenderme lo bien que reacciona Mercadona ante situaciones de excepcionalidad".
Y añade: "Veo a otras enseñas centradas en buscar hasta el último céntimo en las negociaciones y no en atender o dar servicio y generar negocio. La diferencia está en la cultura empresarial: los procesos, las inversiones con la finalidad de minimizar posibles contratiempos...".
La gestión eléctrica, en tela de juicio
El propietario de una importante cadena especializada consultado por FRS considera que el apagón pone en cuestión la "agenda verde, que es un fracaso. Como país estamos en manos de chapuceros y se está evidenciando a largo plazo. Esto ha sido resultado de una mala gestión eléctrica y deberíamos considerar las centrales nucleares como una apuesta de futuro".
Las enseñas han comenzado a recuperar la normalidad a lo largo de la mañana del martes, no sin algunos problemas.
El director comercial de una de las principales cadenas de nuestro país se ha referido al día de hoy como un "momento de tensión".
"Estamos ajustando los pedidos de proveedores, dado que algunos no pudieron cargar ayer; los productos de refrigerado y congelado de muchas tiendas tendrán que tirarse, y habrá que recuperar el aprovisionamiento", explica.
Pero no ha quero dejar pasar la ocasión para "trasladar calma y no acaparar, dado que no va a haber problemas". El sector, como es habitual, se adapta a los problemas mucho más rápido que las instituciones.