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Mere cambia de manos: gestionará algunas de sus filiales europeas desde una sociedad española para eludir las sanciones contra el capital ruso

El grupo ha recibido sanciones en Polonia y podría recibirlas también en Lituania y otros países europeos. En España la expansión avanza a menor ritmo del previsto.

Publicado: 17/10/2025 ·11:10
Actualizado: 17/10/2025 · 11:47
  • Establecimiento de Mere en Salamanca. -

Mere, el hard discounter conocido como "el Lidl ruso" por su agresiva política de precios, ha vuelto a cambiar de manos.

Según el portal lituano Delfi, los antiguos propietarios rusos del grupo han vendido la totalidad de las acciones de la filial que opera en Lituania y otros países europeos a Vigalight S.A., sociedad registrada en Barcelona y dedicada al comercio minorista de productos alimentarios.

La operación, formalizada el pasado 19 de septiembre, se produce en medio de un creciente escrutinio por parte de las autoridades bálticas y de la Unión Europea hacia las compañías con capital ruso que siguen activas en territorio comunitario. En España, algunas de las aperturas que la compañía preveía antes de concluir 2024 no han llegado a materializarse.

De acuerdo con los registros oficiales, Vigalight S.A. cuenta con un capital social de 60.000 euros y tiene su sede en la capital catalana. Su administardor único, Ilia Egin, gestiona también Marketlights S.L., la sociedad española de Mere que opera en Levante y Cataluña. Ni la cadena compradora ni los antiguos accionistas rusos han hecho pública la cuantía de la operación ni los términos exactos de la misma, que afecta al total de la red de 29 supermercados que Mere mantiene en Lituania.

Presión regulatoria y sanciones

La venta se produce apenas unos meses después de que el Ministerio de Economía de Lituania pidiera a Exteriores evaluar la posibilidad de incluir a los propietarios de Mere en la lista nacional de entidades sancionadas, siguiendo el ejemplo de Polonia, que ya ha impuesto restricciones al grupo desde el pasado mayo. También Letonia ha anunciado su intención de estudiar medidas similares.

En paralelo, la Fiscalía lituana mantiene abierta una investigación por presunta comercialización de productos falsificados en varios de sus establecimientos, en los que el pasado enero se realizaron registros y se presentaron cargos contra ocho personas, según informa el mismo medio. Estos procedimientos judiciales y la amenaza de sanciones han hecho prácticamente inviable la continuidad del grupo bajo control ruso en el país báltico.

Aunque no se han revelado vínculos entre Vigalight S.A. y los anteriores dueños, la coincidencia temporal de la venta con las investigaciones ha despertado sospechas entre los analistas de que la operación pueda responder a un intento de "blanqueo empresarial" para mantener la actividad bajo una apariencia europea.

Del repliegue en el Báltico al avance prudente en España

En España, la cadena retomó su actividad en octubre de 2023 después de un paréntesis de más de un año motivado por la invasión rusa de Ucrania y las dificultades logísticas derivadas de las sanciones europeas, pero varios indicios apuntan a que la hoja de ruta avanza a un ritmo menor del previsto o ha llegado a detenerse del todo. 

La compañía había aterrizado en el país en 2021 con planes de abrir más de 40 establecimientos en pocos meses, pero su ofensiva se frenó en seco al estallar la guerra. En aquel momento, Mere tenía tiendas operativas en Cataluña, León, Parla y los municipios valencianos de Gandía, Aldaia y La Pobla de Vallbona.

Su nueva etapa en España avanza con cautela. Según publicó este medio en septiembre de 2024, la gestión de la expansión se reparte entre dos sociedades independientes que comparten logística y proveedores: Seranval Investment & Trade, responsable del norte y Castilla y León, y Marketlights S.A., que opera en Cataluña y Levante.

La primera controla actualmente tres establecimientos —en León, Valladolid y Salamanca— y trabajaba entonces en la apertura de dos nuevos locales en Burgos y Palencia, ambos de unos 1.000 metros cuadrados, que no han llegado a materializarse. La segunda gestiona dos tiendas en Almazora y Vall d’Uixó (Castellón) y planeaba una tercera en Reus (Tarragona), en un antiguo local de Grupo Dia, que tampoco ha abierto sus puertas aún.

Este medio no ha logrado contactar con fuentes de la cadena.

El hard discount, la fórmula de Mere

El aspecto diferencial de Mere radica en su austeridad operativa. Su propuesta va un paso más allá del formato de surtido corto popularizado por cadenas como Lidl, Aldi o Costco. Los establecimientos, de entre 800 y 1.200 metros cuadrados, venden directamente desde palets o cajas, sin estanterías y con los dependientes imprescindibles.

Esa estructura minimalista permite reducir drásticamente los costes laborales —una decena de empleados por tienda, frente a los más de 50 de un supermercado medio de Mercadona— y ofrecer precios entre un 10% y un 20% más bajos que la competencia.

El surtido también está reducido a la mínima expresión: 300 a 400 referencias, frente a las 1.600 de Aldi o las 3.500 de Costco. La selección de proveedores es muy limitada, lo que incrementa el poder de negociación y, a la vez, reduce la capacidad de adaptación al gusto local.

Un futuro incierto

La operación en Lituania, sumada a la ralentización de su expanisón española, ilustra las dificultades de Mere para reconstruir su red internacional después de la guerra de Ucrania. 

En su comunicado de septiembre, el Ministerio lituano de Economía advertía de que la vigilancia sobre las compañías con vínculos rusos "seguiría intensificándose". En paralelo, el Gobierno polaco mantiene vigentes sus sanciones, y Letonia estudia extender las suyas en las próximas semanas. 

En España no se han producido declaraciones similares, pero la incertidumbre jurídica pesa sobre las operaciones de Mere en todas sus filiales. 

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