De un tiempo a esta parte, el minorista británico Tesco ha visto cómo han ido en aumento las agresiones, tanto verbales como físicas, a sus empleados. Ello ha llevado a la cadena a implementar cámaras corporales para su personal, una iniciativa que forma parte de la inversión multimillonaria realizada en los últimos cuatro años en medidas de seguridad, como sistemas de acceso a puertas, pantallas de protección y radios digitales.
El director ejecutivo de Tesco, Ken Murphy, lo dejaba claro en una entrevista en The Daily Mail recientemente: "El dinero empleado en garantizar que las personas estén seguras en el trabajo siempre está bien gastado, pero no debería ser así. La delincuencia es un azote para la sociedad y un insulto para los compradores y trabajadores minoristas. Es hora de que le pongamos fin", recoge RTIH.
CAMBIOS LEGISLATIVOS
"Quiero que aquellos que infringen la ley en nuestras tiendas rindan cuentas", señaló Murphy pidiendo un cambio en la ley para tipificar como delito el abuso o la violencia hacia los trabajadores minoristas en todo el Reino Unido. "No podemos seguir así", sentenció.
"Después de una larga campaña de los minoristas y del sindicato Usdaw, el año pasado el Gobierno convirtió los ataques a los trabajadores de las tiendas en un factor agravante de las condenas, lo que significa que los infractores deberían recibir sentencias más largas", siguió explicando y pidiendo a los jueces que hagan "uso de este poder".
En su opinión es preciso, incluso, ir más allá. Y puso el ejemplo de Escocia, donde el abuso o la violencia hacia los trabajadores del comercio minorista es un "delito en sí mismo".
Para el director ejecutivo de Tesco, el trabajo conjunto de las fuerzas de seguridad y las compañías de distribución es la clave: "Las pandillas se aprovechan del hecho de que no compartimos suficiente información. Sólo podremos detener a estos matones si trabajamos juntos", apuntó.
Lejos de rebajar las cifras en torno a este asunto, una investigación del British Retail Consortium (BRC), reveló que el abuso contra el personal minorista casi se había duplicado en comparación con los niveles anteriores a la Covid. Y en el caso concreto de Tesco, estas agresiones se han disparado más del 33% desde el año pasado.
