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Sector Primario

El dilema de un sector agroalimentario lleno de oportunidades ante un cambio de época

Un artículo de Gabriel Trenzado, director general de Cooperativas Agro-alimentarias de España, incluido en exclusiva en el Anuario de Frutas y Hortalizas 2026 de FRS Food Retail & Service.

Publicado: 08/10/2025 ·12:17
Actualizado: 08/10/2025 · 13:36
  • Cerca del 80% de nuestras exportaciones agroalimentarias tiene como destino la UE.

Si uno echa la vista atrás, digamos unos 15 años, el sector agroalimentario español ha experimentado –y está experimentando– una revolución en todos los aspectos. Muchos pueden interpretarse de manera positiva o negativa, pero lo cierto es que estamos en un punto de inflexión estructural que marcará el futuro de las cadenas agroalimentarias para las próximas décadas.

El sector español, que siempre ha ocupado un lugar importante a nivel europeo y mundial, ha pasado de que le vengan a comprar a salir a vender, a conquistar mercados. El resultado, una balanza comercial agroalimentaria positiva que ha oscilado en el último lustro entre los 16.000 y 20.000 M€. Estas cifras son prueba de su fuerza e impulso a la economía del país, a nivel europeo e internacional y nos ha situado en el séptimo lugar en el ranking mundial de exportadores agroalimentarios.

El sector español ha pasado, de que le vengan a comprar, a salir a vender.
Hemos pasado, de que nos vengan a comprar, a salir a vender.

Por otro lado, la producción de alimentos ha pasado de darse por descontada a tener un papel estratégico ante la sociedad y las instituciones. Siempre lo ha sido, pero tras la pandemia del Covid y el inicio de las guerras de Ucrania y los conflictos en Oriente Medio, se teme por el funcionamiento seguro y fiable de las cadenas agroalimentarias globales. En muchos lugares, el abastecimiento no puede asegurarse y está preso por la especulación que causa el miedo a la inseguridad.

La producción de alimentos nunca ha sido tan innovadora, segura y de calidad. Además, ahora tiene la oportunidad de generar una cadena de valor con valor, porque hemos pasado del “ya veré si te compro” al “asegúrame el abastecimiento en los próximos años”. Obviamente, no quiere decir que todo el que esté en la cadena tenga acceso a estas oportunidades. Solo el que actúe con profesionalidad, cuente con dimensión suficiente, capacidad de inversión y de adaptación tiene mucho ganado y un futuro prometedor en este sector; quien no, lo pasará mal y probablemente estará de salida.

La producción de alimentos nunca ha sido tan innovadora, segura y de calidad. Además, ahora tiene la oportunidad de generar una cadena de valor con valor

Las cooperativas agroalimentarias son una parte fundamental de este tejido, especialmente para aquellos productores que por sí mismos no tienen acceso al mercado y quieran beneficiarse de todas las oportunidades. Además, en el escenario actual, las cooperativas cuentan con una fortaleza que les diferencia del resto: disponen del abastecimiento o gran parte de este asegurado, porque su proveedor es su propietario.

Sin embargo, tienen los mismos retos y algún otro que abordar que condicionan sus estrategias de crecimiento, como es mantener su tejido productivo para asegurar ese abastecimiento a través del relevo generacional de unos socios y socias muy envejecidos, modernizar el papel de la mujer en la producción y la gestión, atraer mano de obra y talento, abordar los efectos del cambio climático en sus producciones a través de la innovación y la digitalización, abrir el debate del agua de manera responsable y necesaria, y conseguir que la producción tenga una imagen diferente ante la sociedad y las instituciones, porque aunque la percepción del sector esté cambiando, aún queda mucho por recorrer.

Pero, ante las oportunidades del mercado, nos encontramos con el dilema que plantea la geopolítica, el comercio internacional y el papel de la UE ante nosotros y en el mundo. De estas cuestiones, la situación geopolítica y su impacto en el comercio internacional no está bajo control de la UE ni del sector. Nos limitaremos a observar, analizar y ser prácticos para adaptarnos a la nueva situación, que sabemos que será más compleja e insegura. La competitividad se verá afectada por intereses de poder y efectos colaterales ajenos al sector, y la OMC, que muchos dan por muerta, jugará un papel de mesa de debate y poco más. Es decir, será un mercado mundial más inseguro, ineficiente y costoso. 

La UE sí es cosa nuestra

Sin embargo, la UE sí es cosa nuestra y del sector. El debate sobre su futuro es el de nuestro mercado más importante, donde van por ejemplo cerca del 80% de nuestras exportaciones agroalimentarias, el que sigue siendo el mayor mercado mundial, más integrado y de mayor valor global. En los próximos meses comenzará el debate del futuro de la UE a través de su presupuesto y de la próxima PAC, se abrirán discusiones sobre las ayudas, flujos presupuestarios regionales de fondos comunitarios y, en el actual entorno, asistiremos a reacciones binarias de estar “dentro o fuera” de la UE en función de qué decisiones se tomen.

Debemos ser conscientes de lo que supone debilitar el mercado comunitario y, como sector, no podemos dejar que otros nos condicionen un debate con perspectivas que no son realistas

El futuro de la UE supone una vuelta de tuerca, implica cambiar nuestro papel dentro del mundo, nuestra capacidad como sector en el mercado, en la eficiencia, la rentabilidad y en abordar cuestiones como el cambio climático de manera conjunta y realista. Debemos ser conscientes de lo que supone debilitar el mercado comunitario y, como sector, no podemos dejar que otros nos condicionen un debate con perspectivas que no son realistas, como le ha pasado al Reino Unido. 

La UE no es perfecta, y hay muchos elementos que mejorar en el funcionamiento y configuración de su mercado y de su integración política, pero para tener un debate franco debemos saber cuál es el escenario alternativo, más allá de creencias y expectativas alejadas de la realidad.

El dilema actualmente no está en las oportunidades de un futuro que se está configurando, sino en cómo podemos actuar e influir sobre ese futuro para que esas oportunidades sean reales y no se trunquen, y la UE forma parte indisoluble de este dilema.

Gabriel Trenzado

(*) Este artículo está incluido en el Anuario Frutas y Hortalizas 2026 de FRS Food Retail & Service, una obra exclusiva que ha sido posible gracias al patrocinio de Anecoop, NufriOrri, Patatas Meléndez y Zespri, y con el apoyo de otras empresas anunciantes. 

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