El CEO de Carrefour responde ante la muerte de Joao Alberto Silveira Freitas
Alexandre Bompard califica las imágenes de "insoportables".
La indignación por la muerte de un cliente negro, Joao Alberto Silveira Freitas, a manos de dos guardias de seguridad en un supermercado Carrefour de Porto Alegre ha provocado durante todo el fin de semana una oleada de movilizaciones en Brasil y ha llevado al CEO de la cadena de supermercados, Alexandre Bompard, a anunciar el endurecimiento de sus políticas en cuanto a la contratación y supervisión de personal de seguridad. Lo ha hecho a través de un hilo en su cuenta de Twitter.
Por su parte, la defensa del guardia de seguridad Giovane Gaspar da Silva, de 24 años, uno de los dos guardias de seguridad detenidos por la muerte de Joao Alberto Silveira Freitas, ha señalado que la víctima podría haber fallecido por un ataque cardíaco, con lo que rechaza la intención de matar y el móvil racista. La muerte de Freitas ha provocado una oleada de manifestaciones contra el racismo en Brasil.
"Mi cliente no tuvo intención de matar. No actuó por ningún móvil racista. Brasil es un país con prejuicios, con toda certeza. Existe el racismo, pero analizando concretamente, el hecho no tiene nada que ver con eso", ha afirmado el abogado defensor David Leal, en declaraciones al diario brasileño 'Folha'.
El objetivo de la actuación de su defendido era "contener" a Freitas porque estaba "completamente descontrolado". Los guardias de seguridad fueron avisados para acompañar a Freitas a la puerta del supermercado, lo que hizo voluntariamente, pero ya en la salida propinó dos puñetazos al acusado en el rostro, ha explicado el abogado.
"El informe pericial también señala como probable causa un ataque cardiaco. Se sospecha también que el señor Joao Alberto estaba bajo los efectos de narcóticos muy potentes. Tenía los ojos bajos y el iris dilatado", ha añadido el abogado.
El Instituto General de Peritaje de Río Grande del Sur ha apuntado a la asfixia como causa de la muerte en su informe inicial y las grabaciones difundidas hasta el momento revelan que Freitas fue asfixiado durante casi cuatro minutos frente a varios testigo tras ser golpeado durante al menos dos minutos por dos guardias de seguridad. Además de Giovane, también están acusados el guardia de seguridad Magno Braz Borges, de 30 años.
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