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Franquiciador y franquiciado: hacia la convergencia de intereses

El director general de Avanza Food incide en la aportación que ambas partes tienen que hacer en beneficio mutuo

Las franquicias de hostelería, el sector con más procesos de litigio
Las franquicias de hostelería, el sector con más procesos de litigio / Archivo

En las relaciones cotidianas puede resultar difícil entenderse. Uno tiene una creencia y el de enfrente tiene otra. Si ninguno de los dos consigue convencer al otro o ceder, el resultado es el enroque. No obstante, llegar a un acuerdo beneficia a los dos, mientras que seguir enrocados no favorece a nadie.

La reflexión también es válida en el caso de las franquicias de cadenas de alimentación. Augusto Méndez de Lugo, director general de Avanza Food (Carl's Jr., Tony Roma's, Tommy Mel's y Gambrinus, entre otros), incide en que tanto el franquiciador como el franquiciado tienen unas funciones necesarias para la buena marcha del negocio.

Durante su ponencia en el marco de HIP, Méndez de Lugo cree que hay que favorecer "una relación de igualdad porque se trata de una relación entre dos empresarios independientes". José Luis González-Montes, abogado y socio de Cremades & Calvo-Sotelo, cree que no es así en la realidad, dado que cuando surge un conflicto el franquiciador tiene más recursos que el franquiciado.

El director general de Avanza Foods indica que más que eso, son socios, de modo que "el franquiciador tiene que aportar su valor añadido y know how", mientras que el franquiciado aporta la "ejecución en la operativa del negocio". En el paso de los años, Méndez de Lugo entiende que se pueden producir fricciones, bien porque el franquiciador no ejerce sus funciones o porque el franquiciado no cumple con las condiciones de estandarización que se le exigen.

En esa línea, cree que se debe avanzar en el "alineamiento" de los intereses de ambos. El caso es que en España no existe una normativa específica, lo que puede ser problemático cuando surgen conflictos entre las dos partes.

González-Montes incide en ese aspecto. "Esta escasa normativa influye en la poca litigiosidad en materia de franquicias", reflexiona. En su opinión, los franquiciados ven que tienen pocas posibilidades de hacer valer su punto de vista, dado que la capacidad de litigio de las dos partes es muy diferentes.

Por la experiencia de este abogado, los conflictos más habituales tienen que ver con las falsas expectativas que pueden llegar a crear los franquiciadores. Los anteproyectos deben tener "un contenido veraz, no engañoso y con estudios fundamentados". Por el contrario, González-Montes habla de desviaciones del 200% o el 300% entre dichos proyectos y la realidad de la ejecución. Diferencias de ese tipo hacen "inviables" las franquicias.

Por otro lado, también tienen lugar otras cuestiones que no se especifican en dichos proyectos y que dan paso a situaciones de difícil vuelta atrás. Por ejemplo, existen promociones exigidas por la franquicia que pueden llegar a costar entre el 12% y el 22% de las ventas, lo que sumado al alquiler, cánones de explotación, etc. suponen un coste demasiado elevado como para que el negocio sea rentable.

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