La crisis ha generado nuevos patrones de comportamiento. En los hogares españoles existe una media de seis pantallas con las que comunicarse con el consumidor y se encuentran tres formas diferentes de consumo según la pirámide poblacional. Estas son algunas de las conclusiones recogidas durante la jornada anual de la asociación de supermercados Aces, que destaca que hay mucho camino por explorar tras la crisis y que las tendencias del mercado apuntan hacia un consumidor “más racional que está más informado y conectado que nunca, pero con ganas de dejar atrás la austeridad”.

No obstante, Eva Vila, directora general de Iri, señala que en plena crisis de consumo primaba la razón (calidad/precio/utilidad) frente a la emoción (marca/experiencia), pero ahora empieza a repuntar la emoción y habrá que esperar cuál va a ser el nuevo punto de equilibrio. Además, en muchos casos, esa emoción también responde a la marca de distribución, definitivamente asentada, y que el consumidor poscrisis ha acogido como una referencia cotidiana.

Además, Vila destaca que cuatro de cada diez personas consulta el móvil mientras compra, el 18% revisa la lista de la compra en el móvil, el 5% compara con otras tiendas, el 11% busca promociones y además el 14% planea comprar a través del móvil en un futuro. Porcentajes significativos que señalan una tendencia que “quien la aproveche podrá conectar más y mejor con el nuevo perfil de consumidor”.

Una de las tendencias más claras es la del omnicanal, omniprecio u omnimarca, ya que la oportunidad de compra es omnipresente. Esa conectividad responde también a la rapidez que requiere el cliente que, de media, toma decisiones de compra frente al lineal en un segundo.

Además, Emilio Lora-Tamayo, del CSIC, destaca que en sectores como el de gran consumo, donde la competencia y la rivalidad son muy intensas, la innovación el “elemento de diferenciación fundamental y de mejora de la eficiencia”.

Por otra parte, Santiago Carbó (Bangor BE-FNUCAS) afirma que con una visión más de largo plazo, los cambios sociodemográficos y tecnológicos van a tener impacto en el consumo. El comportamiento que tendrán los ‘baby-boomers’ (nacidos entre 1946-1964), los ‘millenials’ (entre 1982 y 2000) y la ‘generación X’ (entre 1965-1982), responderá a un consumo dual o quizá un simultaneo de tres formas de consumo diferenciadas. Dentro de 20 años los ‘millenials’ serán mayoría. Además, hay otro nuevo consumidor, los que tienen una edad de más de 80 años ya que el porcentaje de población de tercera edad se disparará en las próximas décadas.