Shoppers | La guerra de Ucrania recupera la compra de pánico y dispara los precios

La amenaza del desabastecimiento de determinados productos es otra de las sombras que ya planea en un escenario marcado por la deriva de este conflicto y con los precios de la energía alcanzando máximos históricos.

Mercadona o Makro ya limitan la venta de aceite de girasol y semillas por la guerra en Ucrania
La guerra de Ucrania recupera la compra de pánico y dispara los precios

La invasión rusa de Ucrania presenta un escenario cada vez más complejo para el sector agroalimentario, que está llevando a los consumidores a recuperar la compra de pánico que ya vimos al comienzo de la pandemia de coronavirus, con precios disparados (de alimentos básicos pero también de la energía) y la amenaza del desabastecimiento de determinados productos y materias primas.

Estos días os hemos venido informando al respecto de lo que está sucediendo, por ejemplo, con el maíz o el aceite de girasol (que ha desaparecido de los lineales o cuya compra ha sido restringida a ciertos envases por cliente), productos que España importa en buena medida de Ucrania.

El director general de Lidl en España, Claus Grande, ha explicado a este respecto que el aceite de girasol está sufriendo el mismo "efecto" que el papel higiénico en el primer confinamiento durante la pandemia y ha pedido a los consumidores "tranquilidad", señalando que la decisión de limitar el número de unidades, en ocasiones, se adopta "no por falta de disponibilidad de mercancía, sino por evitar que en algún momento haya falta".

En el caso del aceite de girasol, el directivo ha recordado que es utilizado en "prácticamente todo tipo de artículos", como galletas y cereales, pero ha señalado que "no está siendo un problema grave" para la enseña alemana.

"Hay gente que nunca ha consumido aceite de girasol y está comprándolo. No es el momento para comprar aceite de girasol si uno no lo consume", ha precisado.

AUMENTO DE PRECIOS

Ante un posible incremento de precios, Grande ha recordado que se han incrementado los costes desde que comenzó la pandemia de coronavirus y ahora "se ha agravado por la crisis energética y la falta de disponibilidad de alguna materia prima".

"Es una tendencia que desgraciadamente llevamos sufriendo todos desde hace unos años. Yo creo que es momento también para mantener un poco la calma", ha pedido.

En este sentido, ha subrayado que buena parte de esos costes es "coyuntural y temporal", y ha defendido que lo prioritario ahora es que esa crisis se solucione "lo antes posible para evitar dramas humanos". "Una vez que se haya solucionado, creo que seremos entre todos capaces de volver a una situación normal", ha asegurado.

AMENANZA DE DESABASTECIMIENTO

La falta de aceite de girasol por la guerra en Ucrania, país del que España importa más del 60% de este producto, ha puesto el foco en el aceite de oliva como sustituto, lo que ha aumentado sus precios en origen y lleva ya a algunos expertos a advertir de su desabastecimiento si el conflicto bélico perdura, informa Efeagro.

Las grandes cadenas de supermercados han comenzado esta semana a racionar el aceite de girasol ante el incremento de compras que estaban haciendo los consumidores en previsión de que pueda llegar a faltar, y también por la escasez de un producto que es muy usado al por mayor en la restauración y las conservas.

El Gobierno recuerda que España tiene la suerte de ser el primer productor de aceite de oliva del mundo, con el 45% del total, y que esta grasa puede paliar la falta del aceite de girasol

Desde el sector de los aceites y también desde el Gobierno se ha destacado que España tiene la suerte de ser el primer productor de aceite de oliva del mundo, con el 45% del total, y que esta grasa puede paliar la falta del aceite de girasol.

España sólo consume de manera interna un tercio del aceite de oliva que produce (el resto se exporta), y la cantidad normal a poner en el mercado final es de unas 190.000 toneladas.

Si la falta de aceite de girasol provocara el consumo, como sustitución, de unas 90.000 de esas toneladas, a lo que hay que sumar que la próxima campaña productora se prevé que sea mala por la sequía, "puede haber muchas tensiones de precio y de desabastecimiento de aceite de oliva", explica Juan Vilar, consultor estratégico.

"El stock de seguridad de la oferta sobre la demanda es de esas 190.000 toneladas nominales y que si se detraen unas 90.000 es muy probable que los mercados se vean desabastecidos de aceite de oliva. Simplemente, con que haya un incremento adicional por algún otro factor de consumo, va a haber un desabastecimeinto", ha pronosticado este experto del sector.

INCREMENTO DE PRECIOS EN ORIGEN

Respecto al aumento de precios en origen que ha experimentado el aceite de oliva esta semana, que se ha situado por encima de los 3.400 euros por tonelada en el virgen extra, casi 3.400 en el virgen y más de 3.200 en el lampante, Vilar ha indicado que la guerra en Ucrania ha acentuado un problema que ya estaba presente debido a las malas previsiones de producción para la próxima campaña.

A esos dos factores se suma el incremento de los costes de producción que han provocado las alzas en la energía y las materias primas. Este aumento de precio es, a su juicio, una mala noticia, ya que si bien en el corto plazo puede suponer un beneficio para los productores de aceite, tanto la demanda como la distribución se deterioran y eso en el largo plazo perjudica a todo el sector.

Además, es un factor que puede incidir en el desabastecimiento, en este caso por el hecho de que se ponga en el mercado menos aceite, ya que a estos precios de origen, el envasador "va a comprar lo que realmente necesite" y no más, según Vilar.

En España, el aceite de oliva y el de girasol son los que más se consumen en los supermercados, y ante la falta de este último, las variedades del aceite de oliva lampante y orujo, que son las más económicas, son las que más se pueden ver ahora beneficiadas, explica el director general de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac), Primitivo Fernández.

"La industria tiene que adaptarse" y si España es el primer productor de aceite de oliva y también de orujo "tiene que aprovecharlo", aseguran desde Anierac

En su opinión, ante la falta de aceite de girasol, "la industria tiene que adaptarse" y si España es el primer productor de aceite de oliva y también de orujo "tiene que aprovecharlo".

En cuanto a los precios al consumidor final que se puedan llegar a pagar ahora por el aceite de oliva, el responsable de mercado de la cadena Alcampo, Juan Carlos Marín, señala que el de oliva va a ser más caro, y dada la situación que vive el de girasol, no se sabe qué precio alcanzará.

A LA BÚSQUEDA DE OTROS MERCADOS

Con esta situación, que ya está penalizando al consumidor en la cesta de la compra y, en general, a su bolsillo, el Gobierno se afana por buscar alternativas. Tal y como explicó recientemente el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis PLanas, el Ejecutivo "está respondiendo y actuando, en el seno de la Unión Europea, para paliar los efectos sobre el sector agroalimentario de la guerra en Ucrania, y en particular para buscar alternativas que aseguren el abastecimiento de productos importados de este país como el maíz y el aceite de girasol, que junto a los fertilizantes constituyen las tres preocupaciones principales".

De hecho, Planas recordaba que España es uno de los países que ha solicitado a la Comisión Europea que se flexibilicen los criterios de importación para facilitar la llegada de maíz desde terceros países, y que se autorice también la ampliación de las superficies de cultivo de forma excepcional dentro de la Unión, siempre con garantías para la seguridad alimentaria.

Con respecto al aceite de girasol, el ministro aseguró que se van a buscar "otros mercados suministradores", al tiempo que subrayó que España tiene la suerte de ser "el primer productor mundial de aceite de oliva, más del 45% del total".

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