Las decisiones de consumo están influidas por muy diferentes factores. Sin duda, uno de los más importantes es la oferta de productos en el establecimiento en el que realizamos nuestras compras. De hecho, la tienda donde se suele comprar es la que está cerca del domicilio y el 70% de las decisiones de compra se toman en el punto de venta.

En los últimos años han irrumpido con fuerza en el mercado español cadenas que practican políticas de surtido limitado. Estas cadenas representan casi el 50% de las ventas de gran consumo. En ellas, la "marca blanca" no es muchas veces una alternativa entre varias. En muchas ocasiones es la única opción.

Por tanto, los clientes de esas cadenas ven mermada su capacidad de elegir la marca que quieren comprar y pueden terminar adquiriendo otro producto. Según un estudio del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente, el 80% de los consumidores elige para hacer la compra establecimientos que están muy cerca de su domicilio (a un máximo de 5-10 minutos de su casa, según un estudio realizado por Sondea). Y, como ya se ha señalado, la mayoría toma su decisión de compra en la tienda.

La razón es que se trata de una compra muy frecuente (varias veces semanales) y de desembolso relativamente pequeño, no como otros productos de mayor coste y menor frecuencia (muebles, electrodomésticos o incluso vestidos).

Por tanto, aunque teóricamente el consumidor es libre para buscar la tienda dónde encontrar el producto que busca, en la práctica termina comprando en el establecimiento que tiene más cerca. Cuando un consumidor no tiene muchos establecimientos entre los que elegir sino un número reducido (oligopolio) o incluso uno (monopolio), el surtido que la cadena le ofrece será el que determine su libertad para elegir qué producto comprar.