Experiencias directas a casa: del establecimiento al consumidor
Hay muchas formas de aplicar lo que se conoce como las estrategias seamless. Sin embargo, se debe tener en cuenta que todas las tácticas coinciden en un punto concreto: deben tener una buena base de conocimiento del cliente para poder ser aprovechadas al 100%.
Si algo define el año 2020, y lo que llevamos de 2021, es el distanciamiento. Una realidad que prácticamente todos los sectores han tenido que aplicar con sus clientes para evitar posibles contagios de Covid-19, y el retail no ha sido una excepción en este sentido. Aunque los consumidores sigan acudiendo a los establecimientos para realizar sus compras, lo cierto es que las marcas han tenido que adaptar sus canales de comunicación y servicio al cliente, evitando en la medida de lo posible el contacto físico.
La idea, en este sentido, es llevar el producto y su comunicación directamente al consumidor sin que tenga que ir físicamente al establecimiento. Soluciones como el sampling o el envío de muestras a casa -ya sea por mailing direccionado o mediante buzoneo en zonas determinadas, han hecho que las marcas sean capaces de generar una buena experiencia de compra directamente hogar del consumidor. Además, poder oler un perfume o probar un producto antes de comprarlo sin salir del hogar son acciones que cumplen todas las garantías sanitarias y generan un buen recuerdo al cliente, haciendo que tome más en cuenta a la marca cuando realice una compra.
La progresiva digitalización también ha servido de ayuda para muchos actores del sector como las grandes superficies o las empresas de restauración, que han sabido colarse en las casas de sus clientes gracias al ecommerce o el servicio de food delivery. Esto es, sin duda, una gran ayuda, pero tampoco hay que olvidar aspectos más subjetivos como la relación con la marca en un ambiente diferenciador y la empatía con el comprador. Se trata de factores fundamentales para construir una relación cercana, duradera y sostenible con los consumidores, pero que se tienen un tanto olvidados desde el estallido de la pandemia.
Ahora más que nunca, es especialmente importante cuidar la comunicación y la relación con el cliente. Para ello, hay que aceptar que el target de las marcas ya no se divide entre offline y online, pues la mayoría de los mercados y sectores vende a un público híbrido al que se puede impactar mediante diferentes soportes en cada momento. Las estrategias seamless, entre lo físico y lo digital, se muestran, en este sentido, como la clave en la fidelización de clientes al permitir asegurarnos de que la comunicación llega a todo tipo de audiencia en el momento más adecuado.
Sin embargo, para establecer una buena estrategia, lo primero es conocer bien a los clientes mayoritarios de la marca o del servicio de retail. De nada sirve enfocar una estrategia híbrida al 50-50 entre digital y físico, si la mayoría de los consumidores son gente de avanzada edad poco habituada a las nuevas tecnologías, por ejemplo. Es aquí donde entra en juego el marketing relacional, es decir, aquellas tácticas y acciones destinadas a conocer mejor al cliente para adaptarse a sus patrones de compra y fidelizarlos con esa información. Pero ¿qué métodos del marketing relacional pueden adaptarse mejor a la comunicación y envío de experiencias al domicilio?
Cada uno de los clientes tiene sus necesidades y pensamientos concretos acerca de una marca, por lo que es necesario que la comunicación dirigida a sus domicilios también sea lo más concreta posible. Pequeñas acciones como incluir su nombre en los envíos de muestras de sampling o enviarles un mail felicitando su cumpleaños, generan una sensación de mayor confianza con la marca, haciéndolos más susceptibles a la fidelización.
Otras acciones más clásicas como el buzoneo, se pueden perfeccionar mediante el uso de nuevas herramientas tecnológicas como la inteligencia de datos o el geomarketing. Si la marca conoce datos básicos, como edad, nivel adquisitivo o frecuencia de compra de la potencial clientela de una zona o barrio, le será mucho más fácil adaptar sus campañas de comunicación hacia estos potenciales consumidores.
Naturalmente, hay muchas formas de aplicar lo que se conoce como las estrategias seamless, y más teniendo en cuenta la infinidad de convergencias entre el marketing más tradicional y las acciones digitales. Sin embargo, se debe tener en cuenta que todas las tácticas coinciden en un punto concreto: deben tener una buena base de conocimiento del cliente para poder ser aprovechadas al 100%.
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