En estos días de Navidad, con tantas celebraciones familiares, con amigos o con compañeros de empresa, las reservas en los restaurantes se multiplican. Por ello, no son pocos los locales que han empezado a imponer reservas con límite de tiempo, una tendencia que no gusta a todos y que despierta recelos entre muchos de los clientes.
Así lo recoge en su LinkedIn Alfonso Sebastián, vicepresidente de la Asociación Española del Retail (AER), quien explica su experiencia a este respecto tras realizar una reserva en un restaurante de Madrid y recibir un mensaje del citado local en el que se le informa de que podrá "disfrutar de su mesa durante una hora y media". "Estamos muy tontos como consumidores y yo me bajo del barco; nadie me dirá el tiempo del que dispongo para comer", reflexiona apuntando que, precisamente, ese "no era el día para estar pendiente del reloj".
La medida, sin duda, no es nueva y muchos restaurantes la aplican a lo largo de todo el año. Para muchos de estos locales es una manera de satisfacer la demanda que tienen, aunque, más allá de la rentabilidad, otros apuntan a un cambio en el modelo de cliente, que nada tiene que ver con el que había hace 15 años, señalan.
Desde Hostelería de España se subraya, incluso, que hay clientes que "agradecen ritmos ligeros a la hora de recibir el servicio". Para la entidad, esta medida "permite seguir manteniendo una oferta y el acceso de una gran cantidad de población, de clientes, a los servicios de restauración".