Retailers | Harbor Ship Supply, el 'Walmart de los mares': súper, ferretería y tienda de regalos para barcos

Es el proveedor de barcos más antiguo del sur de California, casi centenario, y recibe pedidos de todo tipo, pero la actual situación de crisis global está obligando a su propietario a conformarse con menor margen de beneficio y a ser más flexible.

Empleado en el Harbor Ship Supply
Un empleado de Harbor Ship Supply

Del otro lado del Atlántico, nos llega una historia que pone en valor el esfuerzo de algunas empresas singulares para lidiar con el panorama actual, que aúna la mayor interrupción de la cadena de suministro desde la Segunda Guerra Mundial, la pandemia de Covid-19 y un crecimiento disparado de las compras globales.

Nos referimos al Harbor Ship Supply, fundado en 1932 y apodado ya el 'Walmart de los mares'. Se trata del proveedor de barcos más antiguo del sur de California y es en parte un supermercado, una ferretería y una tienda de regalos para embarcaciones y marineros, recoge Los Angeles Times.

Con el paso de los años, la empresa ha recibido pedidos de todo tipo, incluidos cohetes, cabezas de cerdo y patas de pollo. Actualmente, el almacén de la compañía está lleno de plataformas de madera en las que se pueden encontrar productos básicos destinados a abastecer a los barcos que llegan. Los más populares son arroz, azúcar, harina, artículos de limpieza y papel higiénico.

Ejemplo de ello son las peticiones de embarcaciones como el portacontenedores President Wilson, que necesitaba dos tarimas de agua potable embotellada. El portavehículos Graceful Leader había pedido coles de Bruselas, mandarinas, otras frutas y verduras de California. Y el petrolero de crudo Emerald Spirit solicitó esponjas y muchos cigarrillos.

UN ESCENARIO COMPLEJO

Harbor Ship Supply nació como una pequeña empresa de San Pedro iniciada por el abuelo de Jeff Crouthamel (actual propietario) para proporcionar mercancías a los barcos que llegaban a los puertos de Los Ángeles y Long Beach. Noventa años después, la compañía controla la costa de California, desde San Diego hasta Oakland, con incursiones tan al norte como Anacortes, en Washington.

Sin embargo, el escenario en el que se mueven las relaciones comerciales actualmente están dificultando, y mucho, poder adquirir todos esos productos. Una tarea que se ha vuelto difícil y costosa.

"La parte difícil de nuestro negocio es que tratamos con un cliente móvil, barcos que van y vienen, así que no estamos compitiendo contra otro proveedor de navíos aquí en la ciudad, sino contra otros países y otros puertos", explica Crouthamel. Y es que, "si los clientes no estén satisfechos con el coste del producto, lo posponen todo el tiempo que pueden", añade.

Según los expertos, "la deriva de la pandemia unida a los problemas de la cadena de suministro en el país, en términos de baja participación laboral, escasez de inventario y no tener suficiente gente para apoyar la operación, está ejerciendo una tremenda presión para estas compañías por lo que se refiere a los costes con los clientes, que no están dispuestos a asumir los aumentos".

MENOS VENTAS Y MÁS FLEXIBILIDAD

Crouthamel detalla que su compañía, que cuenta con 41 empleados, iba camino de registrar 21 millones de dólares en ingresos el año pasado, pero en lugar del margen del 30% en sus ventas, de acuerdo a su posición dominante en el mercado, se está conformando con la mitad.

El dueño de Harbor Ship Supply, ha diversificado los lugares donde obtiene sus productos, dado que sus fuentes tradicionales tienen problemas para cumplir con los pedidos

Para hacer frente a los cambios, el dueño de Harbor Ship Supply, ha diversificado los lugares donde obtiene sus productos, dado que sus fuentes tradicionales tienen problemas para cumplir con los pedidos.

"Antes, teníamos un número limitado de proveedores en los que podíamos confiar. Ahora debemos tener listas A, B, C y D de proveedores a los que podamos recurrir, porque nos estamos quedando cortos en muchos pedidos. Actualmente, también tenemos que ir mucho a los mercados locales, por ejemplo, para comprar dos cajas de Coca-Cola, porque acortaron nuestro pedido ya que no tenían suficiente aluminio para las latas. Tuvimos que adaptarnos y ser mucho más flexibles", asegura Crouthamel.

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