Bon Preu quiere reactivar la venta de flores y plantas, un segmento tradicionalmente difícil para el sector debido a la baja rotación y a los problemas de conservación.
En uno de sus supermercados del barrio barcelonés de Poblenou, la enseña ha colocado un expositor de flores y plantas en la entrada acompañado de un cartel que recuerda los santos y nombres de la semana: "Esta semana, una flor para...", se lee.
Un gesto amable, de gran arraigo cultural y vinculado con el impulso emocional que caracteriza a la categoría. Lejos de promociones y campañas de gran alcance, conecta de inmediato: sugiere, inspira y convierte la compra de flores en un detalle cotidiano fácil de llevar a cabo.
"Es un gran ejemplo de acciones sin grandilocuencias que aportan atención, contenido y valor", explica Pablo de la Rica, director de Retail y Foodservice de Aecoc, que descubrió la iniciativa en su propio barrio y —según reconoce él mismo— terminó comprando. Las flores de Pascua, además, destacaban por calidad y tamaño frente a la oferta habitual del canal.
Una categoría bella, rentable… y compleja
Bon Preu espera vencer las numerosas dificultades de todo tipo que han impedido en el pasado hacer crecer una categoría que, sin embargo, ascenderá a 30.000 millones de dólares en 2033.
"Se ha tratado de implantar muchas veces, pero los problemas de rotación han impedido que funcione de forma global", recuerda De la Rica. Solo algunos operadores, como Lidl, han logrado continuidad gracias a la competitividad en precio.
El desafío operativo: un producto vivo
Las flores son exigentes debido, princialmente, a que se trata de un producto vivo, vulnerable a los cambios de temperatura y a las corrientes de aire.
Como destaca Melisa Martelli, gerente de Diseño Comercial en IMS Company, empresa argentina de mobiliario para retail, es habitual que los supermercados las coloquen en la entrada, precisamente el lugar más inestable. Por eso cadenas como la sudafricana Checkers han instalado neveras específicas, que duplican la vida útil y elevan la presentación del lineal.
En un mercado dominado por la eficiencia, la acción de Bon Preu recuerda que hay categorías en las que el detalle y la sorpresa todavía juegan un papel determinante. Las flores no solo decoran: despiertan emociones, impulsan ventas incrementales y refuerzan la identidad de la tienda. Y, como demuestra la enseña que preside Joan Font, a veces una idea sencilla y bien ejecutada puede ser el mejor motor para reactivar una categoría olvidada.