Kroger, la segunda cadena de supermercados de Estados Unidos por detrás de Walmart, anunció el pasado martes que dará marcha atrás en parte de su acuerdo de colaboración con Ocado, proveedor de tecnología y robótica encargado de construir sus almacenes autónomos.
La enseña norteamericana ya cerró tres de estos centros el pasado año debido a que no cumplían con sus expectativas financieras, a los que ahora añadirá tres más en los próximos meses, así como una separación parcial con el grupo británico, que recibirá 250 millones de dólares en compensación. La noticia resuena de manera especial en España, donde Alcampo y Bon Preu tienen acuerdos de colaboración con Ocado.
Kroger ha explicado que espera incurrir en pérdidas por deterioro de activos por 2.600 millones de dólares debido a los cierres, pero considera que la maniobra es imprescindible debido a que ha encontrado una manera más rentable y eficiente de gestionar sus envíos online (a pesar de lo cual seguirá operando aún varios almacenes con Ocado).
En lugar de preparar los pedidos a través de almacenes centralizados con la tecnología de Ocado, la compañía ha decidido extender su relación con Instacart, que cuenta con empleados propios para recoger y entregar los pedidos desde las tiendas, además de Uber Eats.
Expertos del sector consultados por FRS consideran que Alcampo y Bon Preu podrían seguir el mismo camino.
Alcampo colabora con la empresa tecnológica desde 2021, cuando firmó un acuerdo multimillonario para impulsar sus ventas online hasta el 13% del total, una promesa que está lejos de cumplirse. En la actualidad, apenas representan el 2,5%.
La enseña entonces dirigida por Américo Ribeiro inauguró el pasado año en San Fernando de Henares un centro logístico para la preparación online de 27.000 cuadrados y equipado con 1.000 robots, pero las instalaciones no parecen haber impulsado la venta online de manera significativa. Por el contrario, los altos costes de entrada y mantenimiento pesan sobre los balances de la enseña.
"Nosotros hicimos las cuentas hace años y no nos daban los números. Tal vez porque el ecommerce pesa muy poco en nuestro negocio. El canal online tiene costes de preparación muy altos porque se hace de uno en uno, no es como surtir a tienda: tal vez Alcampo y Bon Preu consideraban que la tecnología de Ocado podía ayudarles en este punto", explica a este medio un directivo del sector, que prefiere permanecer en el anonimato. Su cadena, lo mismo que Kroger con Instacart, prefirió tomar una vía intermedia más viable desde el punto de vista del capex.
David McCarthy, consultor británico y miembro del Retail Sector Council de ese país, se ha mostrado "poco sorprendido" por la ruptura entre Kroger y Ocado.
McCarthy ha explicado en su perfil de Linkedin que la entrega a domicilio de alimentación tiene tres fases con costes crecientes: la recepción del pedido —casi gratuita—, la preparación y, sobre todo, la entrega, que es la parte más cara e intensiva en mano de obra.
El modelo de Ocado busca eficiencia en la preparación automatizada de pedidos, pero —advierte— lo hace a costa de encarecer la última milla, ya que los centros logísticos están lejos de los clientes. "Es como comprar billetes de 5 libras pagando 10", resume. Por el contrario, un modelo que descansa en la preparación en tienda, aunque más caro en el picking, reduce de forma significativa tiempos y costes de entrega porque el inventario está cerca del consumidor.