Daniel Kretinsky y Philippe Palazzi tomaron las riendas de Casino en 2024 con la intención de reflotar un grupo maltrecho después de años de mala gestión.
Entre sus primeros logros está el nuevo concepto de 'mercaurante' de Monoprix, La Cantine, un espacio moderno y polivalente que conjuga productos de calidad —algunos de ellos confeccionados por chefs de renombre—, precios asequibles y una oferta flexible que cambia según el momento del día.
Sus efectos no se han hecho esperar: La Cantine ha permitido a Monoprix recuperar el tráfico perdido (+20% en la primera semana) y poner en valor su enorme parque de tiendas, que cuenta con ubicaciones privilegiadas en el centro de las ciudades francesas.
"En La Cantine hemos diseñado una experiencia gastronómica que sirve tanto a nuestros clientes como a nuestras tiendas", explica Alfred Hawanini, director general de Monoprix.
El concepto inaugura un nuevo capítulo en la restauración de supermercado que va más allá del simple 'listo para comer' y con el que la cadena espera cubrir el 50% de su facturación a partir de 2035.
La primera cantina de la enseña abrió en Beaugrenelle (París) el pasado mes de abril y el grupo espera cerrar el año con diez aperturas. Aunque todavía es pronto para hacer balance, Casino considera que ha obtenido "resultados prometedores, con un efecto positivo constatado en las otras secciones de los establecimientos piloto", se lee en su memoria semestral.
Los pilares de este nuevo formato son fundamentalmente tres: un surtido moderno y de calidad; una oferta flexible capaz de cubrir varios momentos de consumo; y el espacio, que ha sido renovado para darle un carácter 'prémium'.
Monoprix.
Un surtido bueno, novedoso y a precios asequibles
En lo que respecta al primer punto, la cadena ha confeccionado un surtido saludable y elaborado con productos frescos en el que han intervenido chefs como Noémi Honiat, finalista del programa Top Chef, que ha desarrollado 60 productos.
Entre ellos destacan los sándwiches reinventados con ingredientes como el jamón de París, el 'Flankie' (mitad flan, mitad galleta) o los quesos de nuevo cuño, producidos en colaboración con proveedores externos.
Los precios están cuidadosamente estudiados y se sitúan "por debajo de los de la mayoría de establecimientos vecinos", precisa el medio francés Republik Retail, que estuvo presente en la inauguración de Beaugrenelle.
Los sándwiches cuestan 6,50 euros; el espresso, 2,50; los menús de almuerzo, entre 8,50 y 10 euros. Casi todos los productos se elaboran in situ, salvo los panes y la bollería, y las recetas se renovarán dos veces al año.
La apuesta Monoprix: cubrir todos los momentos de consumo
La Cantine de Monoprix cuenta con una novedad diferencial que le distingue de conceptos anteriores de 'mercaurante': se adapta a los momentos de consumo con cuatro rotaciones de producto al día.
Por la mañana, sus establecimientos abren con un concepto de cafetería barista, a mediodía ofrecen platos calientes y a la hora de comer renuevan su surtido con bollería y dulces.
"La Cantine es descubrimiento", defiende Romain Pobé, director de Marketing, Oferta, Ecommerce y Belleza de Monoprix. "Los clientes encontrarán productos inéditos pensados para todos los momentos de consumo, bajo un mismo techo. No es sólo un lugar para almorzar".
Monoprix.
Formato prémium y tecnológico
Los nuevos establecimientos La Cantine cuentan con espacios muy amplios —en el caso de Beaugrenelle, de 70 metros cuadrados—, diáfanos y con acabados que se parecen más a los de una cafetería o restaurante que a los de un supermercado.
Pero, al mismo tiempo, están equipados con todo el repertorio tecnológico y operativo de un súper de vanguardia: varias cajas de autopago, back-office optimizado y equipos comprometidos en ofrecer un máximo de cinco minutos de espera a sus clientes.
"La fuerza del concepto está en su modularidad", subraya Hawanini. "Puede adaptarse al potencial de cada tienda con distintos formatos y espacios. Es un espacio de comidas flexible, rentable y listo para desplegarse".
El proyecto forma parte del paquete de medidas impulsado por el nuevo equipo de Kretinsky, que ha destinado 1.400 millones de euros a modernizar tiendas y renovar surtidos.
