El tirón de la alimentación fresca se ha convertido este año en uno de los principales motores del gran consumo en España. El gasto en productos perecederos crece un 8,3% hasta octubre, más del doble que los envasados (4,1%), según los datos publicados por NielsenIQ, que confirman una demanda creciente en volumen del 3,9% pese a un encarecimiento del 4,2% en estas categorías.

El conjunto de este mercado, que comprende productos como frutas, verduras, carne o pescado, alcanza los 129.000 millones de euros, un 5,3% más que el pasado año, con un incremento en unidades del 2,5%.

En este contexto, la pugna entre las principales cadenas se ha intensificado para atraer al comprador de frescos, uno de los perfiles de mayor valor para la distribución. Mercadona (23,5%), Lidl (5%) y Carrefour (4,8%) ocupan las primeras posiciones en cuota de mercado de frescos en los primeros diez meses del año, si bien las cadenas que más cuota han ganado son Lidl, Aldi y Dia.

La relevancia estratégica de este espacio se explica, en buena parte, por el comportamiento del consumidor. "Las frutas y hortalizas son alimentos esenciales en la dieta de los hogares españoles, con una penetración mensual del 96% en ambas categorías", explica Xavi Cros, consultor y CEO de Across The Shopper. En su opinión, "en los supermercados, la sección de frescos –y en particular frutas y hortalizas– genera un alto tráfico y frecuencia de compra, convirtiéndose en un poderoso instrumento de fidelización".

Una evolución dispar: del auge de los huevos a las dificultades del pescado

A pesar del buen momento de los frescos, no todas las categorías evolucionan de igual manera. Los huevos registran un avance del 7,4% en volumen y las frutas del 5,1%, mientras que el pescado sigue sin levantar cabeza y retrocede un 0,6%. Por regiones, La Rioja, Castilla y León, Aragón, Madrid, Castilla-La Mancha, Andalucía y Asturias crecen a ritmos superiores al 4,3% en unidades.

Detrás de este dinamismo confluyen varios factores estructurales. El aumento de la población —cercano al 1% anual— sostiene la demanda de productos básicos, mientras que parte del consumo que antes se realizaba en hostelería se ha trasladado al hogar, impulsado por decisiones de ahorro y una mayor planificación de la compra. A ello se suma la consolidación de hábitos saludables reforzados tras la pandemia y la implantación masiva de soluciones tecnológicas como las freidoras de aire, que favorecen el uso de ingredientes frescos.

Los supermercados se reinventan

Los distribuidores han acompañado estos cambios con inversiones específicas en sus secciones de frescos. Espacios más atractivos, mejoras en la reposición, formatos de proximidad y una mayor atención a la calidad percibida son hoy elementos centrales de su estrategia comercial. Para las marcas, este contexto refuerza la importancia de ajustar surtidos a la cocina casera, a los patrones de compra saludables y a la estacionalidad.

"Los frescos se han consolidado como el eje de la compra del consumidor español, no solo por la creciente conciencia sobre la salud y la alimentación en el hogar, sino también por el auge del comercio de proximidad y la inversión constante de los distribuidores en mejorar la calidad y la experiencia de compra en esta sección vital", apunta Andrea García Fernández, consultora de Retailer Customer Success de NielsenIQ. Respecto a los huevos, la categoría más dinámica del año, recuerda que "a pesar de la crisis sanitaria que se está produciendo en el sector avícola, constatamos que aún no se ha registrado una bajada en su consumo en noviembre".

La campaña navideña, tradicionalmente asociada a un repunte del gasto en frescos, permitirá cerrar el ejercicio con cifras sólidas en un segmento que gana peso en la cesta y que se ha convertido en uno de los principales motores de crecimiento del sector.