Noel Alimentación, compañía cárnica de origen familiar con sede en Girona, se ha consolidado como uno de los grandes actores de la industria alimentaria española después de haber multiplicado por tres su facturación en los últimos once años.
En 2024 alcanzó los 664 millones de euros y un volumen de producción de 128.178 toneladas, con 15 centros productivos, más de 2.700 empleados y presencia en 66 países. Gracias a este fulgurante despliegue, más de la mitad de sus ingresos ya procede de los mercados internacionales.
El salto no se explica sólo por el crecimiento del negocio cárnico. La compañía ha diversificado su portfolio más allá de los embutidos y productos frescos —desde carne picada a elaborados perecederos de corta duración— y ha apostado por nuevas líneas, como zumos, ensaladas, cremas, platos preparados o pizzas. "Somos en origen una empresa cárnica, pero ya somos una compañía global que explora otros productos para diversificar el negocio", señala Pau Font de Rubinat, director de Supply Chain del fabricante, durante su intervención en Fruit Attraction.
La otra gran palanca de transformación ha estado en la logística. Hace menos de una década Noel carecía de un departamento propio capaz de profesionalizar la gestión. Hoy ha unificado las áreas de carne fresca y charcutería, ha reforzado las sinergias internas y ha apostado por herramientas de previsión de la demanda. "Hemos convertido nuestra cadena de suministro en un modelo adaptado a las necesidades del cliente", subraya Font.
Ferran Soler, director de Logística, detalla la amplia oferta de la compañía en este campo: "Definimos frecuencias de entrega según la demanda, optimizamos tiempos de preparación y ajustamos la red de distribución en función de la localización del cliente. Además, ofrecemos modalidades adaptadas, desde picking unitario hasta pallets completos". Todo ello con un objetivo: que la gestión esté digitalizada, dependa lo menos posible de la gestión humana y esté integrada con los proveedores para dar el menor margen posible a errores.
La internacionalización ha sido clave. En Reino Unido, su segundo mercado después de España, la facturación se ha cuadruplicado en diez años, de 20 a 100 millones de euros. "El Brexit ha sido una oportunidad, porque muchas empresas no se adaptaron a las nuevas fronteras y nosotros sí lo hicimos", apunta Font. La campaña de Navidad es un ejemplo de su fortaleza: en ese periodo, Noel llega a triplicar o cuadruplicar su facturación semanal en territorio británico.
En plena cuarta generación, la empresa familiar que empezó centrada en los embutidos ha dado forma a un grupo global con ambiciones de futuro. "Es el momento de optimizar procesos y preparar el siguiente salto", anticipa Font.