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Rubén López (Confectionary Holding, El Lobo): "Queremos que nuestro turrón para perros sea el punto de partida de un largo viaje"

El director general del grupo explica a FRS la acogida que está teniendo en el mercado esta innovación navideña que ha sabido combinar emoción, rigor técnico y lectura de las nuevas tendencias de consumo.

Publicado: 23/12/2025 ·13:27
Actualizado: 23/12/2025 · 13:27
  • Más allá del producto en sí, sus creadores ponen el acento en el contexto social que ha hecho posible esta innovación.

Lo que hace solo unos años habría sonado a simple anécdota o excentricidad navideña, hoy se está convirtiendo en uno de los productos más comentados y mejor acogidos de estas fiestas, con una implantación que incluso está superando las expectativas iniciales de sus creadores.

Los turrones y polvorones para perros de Confectionary Holding –grupo propietario de marcas históricas como El Lobo, 1880 o Doña Jimena– están teniendo una acogida "muy buena" desde el primer momento y se perfilan como uno de los productos más singulares de los lineales en estas fechas, según explica a FRS Rubén López, director general del grupo.

"A nivel de implantación hemos cumplido las expectativas, incluso me atrevería a decir que estamos por encima", señala, aunque reconoce que, en plena campaña, todavía no hay datos definitivos de ventas. "Pero pinta bien", añade López con optimismo.

Detrás de esa buena recepción hay una historia que va mucho más allá de un lanzamiento puntual. Se trata de un proyecto que ha madurado durante dos años y que, más allá de una lectura justada a las tendencias del mercado, donde se observa el crecimiento del consumo de productos dirigidos a las mascotas, responde a una reflexión profunda sobre el papel que juegan hoy los llamados "animales de compañía" en los hogares.

Motivación emocional, pero basada en el rigor

La motivación, como subraya el director general de Confectionary Holding, ha sido ante todo emocional, pero apoyada desde el primer momento en el rigor. "En Navidad nos juntamos con los amigos y los allegados, y las mascotas forman parte de la familia", señala. A partir de esa premisa, la compañía puso en marcha un proceso de desarrollo en el que el departamento de I+D trabajó de la mano de veterinarios y especialistas externos para trasladar un icono tan humano como el turrón al universo canino sin perder credibilidad nutricional ni seguridad alimentaria.

Rubén López, director general de Confectionary Holding.
Rubén López, director general de Confectionary Holding.

Ese camino, reconoce López, ha sido también una experiencia de aprendizaje: "Ha sido un momento divertido y hemos aprendido mucho, ya que lo hemos hecho junto a veterinarios, con especialistas que nos han acompañado en este viaje para poder conseguir un alimento que les encanta a los perros, que nos han ayudado y avalado", explica.

Rompiendo esquemas

El resultado es una colección de turrones y polvorones pensados específicamente para perros, pero con un enfoque que rompe muchos esquemas. No se trata de snacks cualquiera con estética navideña, sino de productos que cumplen con la reglamentación técnico-sanitaria del turrón, para que las mascotas puedan sumarse a las celebraciones familiares sin renunciar a la calidad que caracteriza a los productos de Jijona.

"Somos los únicos que hemos sido capaces de desarrollar esto en todo el mundo. Y cumple con la reglamentación técnico sanitaria del turrón. Es decir, es turrón humano, lo puedes comer", afirma López con rotundidad.

Esa afirmación resume bien la filosofía del proyecto. Los turrones –en dos variedades, coco y zanahoria, ambos con textura ‘crunchy’– y los polvorones –elaborados con arroz– están fabricados con ingredientes de consumo humano, sin azúcares añadidos y con una formulación específica para perros creada por veterinarios. Incluso incorporan una pequeña cantidad de miel para equilibrar el sabor, siempre dentro de los parámetros recomendados por los especialistas.

La textura crujiente no es casual. Responde a pruebas realizadas con perros de todo tipo: "El estudio ha sido muy completo, en estos dos años hemos hecho pruebas con todo tipo de perros, razas, tamaños, dueños de diferentes perfiles económicos y sociales", explica López. Un proceso que, además de riguroso, ha sido "muy entretenido" y que ha permitido afinar detalles clave para que el producto sea atractivo y seguro.

Entre esos detalles está, por ejemplo, la información clara sobre el consumo recomendado según el tamaño del perro, visible en la parte trasera del envase, o el precorte interior que facilita dividir la porción adecuada. Elementos pensados no solo para el bienestar del animal, sino también para aportar tranquilidad al dueño. "Entendemos que tener la seguridad de ese aval es muy importante para quien compre un producto de estas características", insiste el director general.

¿Dónde está el límite?

Más allá del producto en sí, López pone el acento en el contexto social que ha hecho posible esta innovación: "La humanización de la mascota y, concretamente, del perro es un hecho constatable, no hay quien lo pare", reflexiona. Pero también marca un límite claro: "El límite es fabricar los productos bajo los estándares de calidad y seguridad que marca la legislación. Y en nuestro caso haberlo hecho de la mano de veterinarios, con ingredientes para humanos formulados especialmente para ellos".

El canal también ha respondido positivamente. Los productos están disponibles en supermercados, grandes superficies, tiendas especializadas, tiendas propias y online, y "no hemos encontrado más resistencias que las habituales en cualquier proyecto innovador; estamos muy satisfechos", resume el directivo.

Para Confectionary Holding, esta línea no nace como un simple experimento estacional. "¿One shot? No es nuestro objetivo, todo lo contrario, queremos que sea el punto de partida de un largo viaje", afirma López. Un viaje en el que la innovación juega un papel clave, no solo como palanca de diferenciación, sino también como herramienta para defender valor en un mercado cada vez más competitivo y presionado por los precios.

En ese sentido, el aprendizaje es casi tan importante como las ventas, advierte el directivo: "Las ventas son importantes, pero hay otros aspectos como la captación de nuevos compradores o el propio aprendizaje, que también son importantes", explica. Y los aprendizajes, reconoce, han sido muchos: desde la gestión de un equipo multidisciplinar hasta la validación de una propuesta disruptiva que mezcla códigos muy humanos –Navidad, turrón, polvorón– con las exigencias nutricionales del pet food.

Ampliación de gama y salto a nuevos mercados

La ampliación de la gama o la llegada a nuevos mercados está sobre la mesa, tanto a nivel nacional como internacional, aunque con cautela: "Por supuesto, hay un plan para aumentar presencia en nuevos canales nacionales e internacionales. Pero primero vamos a analizar bien el resultado del lanzamiento", apunta López.

Mientras tanto, la imagen que deja este proyecto es la de una Navidad compartida "de verdad". Una mesa en la que, junto a los clásicos dulces de Jijona, hay un pequeño espacio para que el perro también tenga su "capricho" navideño. No como una extravagancia, sino como una extensión natural de ese vínculo cada vez más estrecho entre personas y mascotas. Porque, como resume el propio Rubén López, "si en Navidad nos juntamos con los amigos y los allegados, y las mascotas forman parte de la familia, ¿por qué no compartir con ellos también el turrón?".

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