El deterioro del negocio de Seven & i Holdings, matriz de la enseña 7-Eleven, sitúa de nuevo a la compañía japonesa en el centro de las especulaciones sobre su posible venta.
La empresa ha recortado previsiones de beneficio para el actual ejercicio fiscal y sus acciones han caído más de un 8% en los últimos cinco días, un retroceso que aumenta la brecha entre el valor en Bolsa de la compañía y la oferta de de 46.000 millones de dólares que Alimentation Couche-Tard retiró el pasado julio.
El nuevo consejero delegado, Stephen Dacus, que asumió el cargo hace apenas cinco meses, ha iniciado su mandato con la misión explícita de convencer a los mercados de que puede reflotar el negocio sin necesidad de un socio extranjero.
Pero la realidad es que la cadena de tiendas de conveniencia más grande del mundo atraviesa por un "punto de inflexión", según palabras del propio Dacus, que ha anunciado un plan para abrir más de 2.000 nuevos establecimientos, lo que le permitirá rebasar la cifra simbólica de 100.000 tiendas en 2030.
Esto podría maquillar la caída en las ventas a superficie comparable, pero no es la solución a un probela que Dacus deberá abordar en un contexto particularmente complejo marcado por la desaceleración del consumo en Japón y Estados Unidos y el alza de los costes operativos.
Recorte de previsiones y caída del beneficio
Seven & i ha reducido su objetivo de beneficio operativo a 404.000 millones de yenes (2,3 millones de euros) para el ejercicio que finaliza en febrero, por debajo de su previsión anterior. También ha ajustado a la baja su estimación de ventas hasta los 10,6 billones de yenes (60.200 millones de euros), en línea con las expectativas del mercado según Bloomberg, pero sin señales de crecimiento.
Los resultados del trimestre de junio a agosto muestran un beneficio operativo de 143.000 millones de yenes (800.000 euros), mejor de lo previsto, pero insuficiente para disipar las dudas sobre su evolución futura. "El segundo semestre será complicado para nuestras tiendas de conveniencia en Japón", ha admitido Dacus, que reconoce que la compañía necesita "adaptarse mejor al mercado".
Cuota de mercado en peligro y franquiciados a la fuga
En Japón, Seven & i no deja de perder terreno frente a competidores como FamilyMart y Lawson, que siguen creciendo de manera sostenida a superficie comparable. Según declaracinoes del analista Takahiro Kazahaya, de UBS Tokio, a Bloomberg, la compañía debería centrarse en "recuperar la confianza y la motivación de los franquiciados", erosionadas después del abandono de socios importantes. Una de las pérdidas más importantes ha sido la de Seven Bank, antiguo brazo financiero del grupo, que ha cerrado un acuerdo con Itochu Corp., propietaria de FamilyMart, para prevé instalar cajeros automáticos de Seven Bank en las tiendas de su rival.
"La gran cuestión es cómo reforzar el negocio en Japón", señala Kazahaya. "El modelo no puede sostenerse si los franquiciados ya no tienen ganas".
Estados Unidos, el talón de Aquiles
En Estados Unidos, su segundo mercado, la situación tampoco es mucho mejor. Según Bloomberg Intelligence, las ventas de 7-Eleven han caído todos los meses del presente curso frente al crecimiento sostenido del sector de conveniencia en su conjunto. Además, el tráfico a sus tiendas ha disminuido, al contrario de lo que sucede a su competidor Couche-Tard, que sigue ganando clientes.
"La expansión de su plataforma digital 7NOW, las mejoras en productos de marca propia o un mayor margen en combustible podrían ser catalizadores, pero nada de esto puede funcionar si no crece el tráfico", advierte la analista Lea El-Hage.
En busca de un nuevo rumbo
Pese a las dudas, Seven & i tiene planes ambiciosos: recaudar 7,5 billones de yenes (42.600 millones de euros) mediante operaciones, una posible salida a Bolsa de su negocio estadounidense y la venta de activos no estratégicos. De esa cantidad, la multinacional destinará el 40% a remunerar a los accionistas, siendo el resto de partidas para inversiones y amortización de deuda.
A pesar de ello, 7-Eleven no termina de convencer a los mercados. Sus acciones han perdido más del 20% de su valor en lo que va de año y no se atisba un final a la caída de las ventas a superficie comparable. Un problema comercial requiere de soluciones comerciales.