La Unión Europea quiere que cualquier ciudadano pueda salir del supermercado con dinero en el bolsillo, aunque no haya pasado por caja. El Consejo y el Parlamento Europeo han llegado a un acuerdo para reformar en profundidad la legislación de pagos y garantizar que los retailers ofrezcan retirada de efectivo de hasta 150 euros en sus establecimientos.
La medida, que aún debe recibir aprobación formal, refuerza el papel del comercio como infraestructura financiera de proximidad en un continente en el que los cajeros automáticos —aún muy usados por las personas mayores— escasean cada vez más.
El pacto forma parte de una revisión más amplia orientada a mejorar la seguridad y la transparencia en los pagos. La normativa exigirá que las tiendas muestren de forma clara los costes asociados a cada transacción antes de que esta se lleve a cabo y que el nombre comercial coincida con el que figura en el extracto bancario, una medida destinada a frenar la confusión y las denuncias de fraude. Además, las retiradas de efectivo deberán realizarse siempre con chip y PIN para evitar usos indebidos, dejando fuera el pago sin contacto.
Pero el punto más revolucionario es la incorporación de los supermercados y demás tiendas minoristas al ecosistema de acceso al efectivo. La UE justifica el cambio debido a lo rápido que está disminuyendo el número de cajeros, especialmente en áreas rurales. Lo que hasta ahora era un servicio voluntario —y generalmente ligado a una compra mínima— pasará a ser una obligación regulada.
"Para muchos supermercados, especialmente en zonas rurales o lugares donde están desapareciendo los cajeros automáticos, la tienda se convierte en un punto de acceso al efectivo", explica Luis Miguel Espejel, experto en retail. "La UE argumenta que los retailers deben reforzar su papel como infraestructura financiera de proximidad en zonas con poca presencia bancaria".
El nuevo marco busca blindar el acceso al efectivo en plena transición hacia los pagos digitales. Para las cadenas, la exigencia añadirá complejidad operativa, pero también puede incrementar el tráfico en tienda y reforzar su papel como servicio esencial en los barrios y pueblos de su entorno.