No existe un impuesto de este tipo en otras ciudades europeas. La ciudad de Lieja acaba de aprobar para el próximo año 2026 un impuesto anual de 519 euros por cada caja de autopago, con el objetivo de apoyar a los pequeños comerciantes y proteger el empleo.
Este impuesto servirá como ayuda para financiar los servicios públicos de la ciudad. Cabe señalar que Lieja atraviesa graves dificultades financieras y toda fuente de ingreso es bien recibida para equilibrar su presupuesto. Con este impuesto Lieja espera generar 77.000 € de ingresos anuales. La cantidad a recaudar es relativamente modesta en comparación con otros ingresos fiscales teniendo en cuenta que la ciudad cuenta con alrededor de 150 cajas de autopago.
Según declaraciones de Carine Clotuche, concejal de Finanzas del Ayuntamiento de Lieja a RTL info: "Hay impuestos que nos aportan mucho más, es una cantidad pequeña, y no debemos descuidar nada":
Sin embargo, la Federación de Comercio belga, Comeos, se opone firmemente a esta medida, argumentando que obstaculiza la innovación y la digitalización en el sector. Comeos sostiene que las cajas de autopago no han provocado una disminución de empleos en tiendas físicas, sino que han transformado las tareas, permitiendo a los empleados centrarse en tareas más cualitativas. También destaca que el impuesto solo se aplica a las tiendas físicas, lo que crea desventajas competitivas en comparación con los actores digitales.
Este impuesto se aplica a todos los dispositivos automatizados de una tienda que permiten al cliente realizar pedidos o recoger productos, incluyendo dispositivos con tecnología RFID (identificación por radiofrecuencia), que almacacenan y recuperan datos de forma remota sin necesidad de escanear manualmente los artículos.
La ciudad de Lieja enfrenta dificultades financieras y busca nuevas fuentes de ingresos. Comeos exige igualdad de condiciones y una prueba decisiva para cada nuevo impuesto, asegurando que se aplique por igual a todos.
La iniciativa de Lieja no es la primera, ya que en 2022, el municipio de Molenbeek planeó un impuesto similar que fue suspendido por el gobierno de Bruselas por ser considerada contraria a la transicción digital y sin impacto en el empleo.