Fabricantes | Últimos avances para sustituir los aceites de palma

Un proyecto liderado por Acesur investiga sobre grasas cardiosaludables que permitirán sustituir estos aceites y similares.

Aceite de palma
Aceite de palma

El proyecto GR2020, liderado por la compañía andaluza Aceite del Sur-Coosur (grupo Acesur), e integrado por otras cinco empresas españolas (El Hórreo Healthy Food, Ingeniatrics, Novadays, Citoliva e Imibic), ha finalizado su investigación sobre la aplicación de grasas cardiosaludables a distintos alimentos tras analizar sus resultados de forma empírica. El objetivo es fomentar una alimentación más saludable a través de la  aplicación de grasas avanzadas de aceites insaturados como el aceite de oliva que mejoren las propiedades los alimentos y neutralicen, en mayor o menor grado, los factores negativos para el organismo, como el colesterol.

En este sentido, han sido muchos los estudios llevados a cabo, en productos cárnicos, salsas o sucedáneos de chocolates, para conseguir reducir el uso de grasas saturadas. Así, en el caso de sucedáneos chocolate, se ha trabajado a través de la sustitución total directa de aceite de palma, llegando a reducir un 40% de ácidos grasos y, por su temperatura de fusión y textura, se ha concluido que este tipo de producto se adapta a la perfección en cremas de cacao destinadas al relleno de productos de bollería.

CÁRNICOS Y EMBUTIDOS

Por lo que respecta a productos cárnicos, mediante el uso de tecnologías avanzadas de microencapsulación y de sustitución directa, se ha reemplazado parte de las grasas saturadas utilizadas tradicionalmente en la fabricación de chorizos y salchichas, tanto crudos como cocidos por otras insaturadas más cardiosaludables "con resultados de aceptación sensorial muy positivos", indican responsables de esta investigación.

Al reemplazar parte de las grasas saturadas de los cárnicos se han elevado los niveles de oleico tras la ingesta del producto

Esta aceptación se ha medido a través de un estudio que ha llevado a cabo durante seis meses la Universidad de Córdoba. Mediante este análisis, se ha evidenciado una elevación de los niveles de oleico tras la ingesta del producto, lo que corrobora que la modificación del contenido graso del chorizo se traduce en cambios inmediatos del perfil de ácidos grasos en sangre, tras su ingesta, similares a los esperados con la toma de aceite de oliva.

Además, se ha analizado también el perfil lipídico postprandial (contenido en sangre de diferentes tipos de ácidos grasos durante las horas posteriores a la ingesta) en personas sanas y pacientes obesos (niños de entre 6 y 14 años y adultos), tras la ingesta de alimentos elaborados con grasas no saturadas en matrices cárnicas, que presumiblemente pueden tener un impacto sobre la salud. Los resultados obtenidos muestran en cierto tipo de usuarios, especialmente individuos sanos, una mejor función tanto en las medidas del perfil lipídico como en los valores de insulina.

CHÍA Y ÁCIDO FÓLICO

Igualmente, el equipo del Proyecto GR2020 ha profundizado en alimentos como la chía, que goza de uno de los mejores puestos en la lista de los superalimentos más consumidos en la actualidad por sus múltiples propiedades.

El proyecto ha estudiado la incorporación de semillas de chía a través de un proceso de encapsulación de su aceite, tanto en salsas como en cárnicos

Así, se ha estudiado la incorporación de estas semillas a través de un proceso de encapsulación de su aceite, rico en ácidos grasos omega-3, tanto en salsas como en productos cárnicos, obteniendo óptimos resultados pendientes de concluir su comercialización.

Por lo que concierne al ácido fólico, con el objetivo de facilitar y fomentar una alimentación completa, sobre todo a las gestantes, se ha investigado la microencapsulación en aceites embotellados, sin alcanzar resultados favorables debidos a los condicionantes regulatorios de aditivos en el sector alimentario.

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