La dieta de los hogares españoles se ha deteriorado en los últimos años debido a la pérdida de poder adquisitivo, según se aprecia a partir de diferentes variables como la caída en el consumo per cápita de productos frescos o de pescado.
Entre 2016 y 2025, el consumo de fruta fresca ha caído un 30%, mientras que los platos preparados han ganado protagonismo en las despensas, según los últimos datos del Panel de Consumo Alimentario elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
En 2016, cada español consumía de media 90,2 kilos de fruta al año. Hoy, esa cifra se ha reducido hasta los 64,4 kilos, una pérdida de 25,8 kilos per cápita. El retroceso no es un caso aislado: el pescado, la leche líquida, el pan y los zumos siguen la misma tendencia descendente. En paralelo, platos listos para comer, frutos secos y agua embotellada han aumentado su presencia en los hogares. No obstante, en conjunto consumimos menos kilo/litros que hace diez años.
Menos frescos, más conveniencia
La caída del consumo de fruta encabeza la lista de productos que han perdido peso en la dieta nacional. Le sigue el pescado, que baja de 14,4 a 9,22 kilos por persona en el periodo analizado. También se reduce el consumo de leche líquida, con 10,9 litros menos por habitante, y de pan, que pierde más de siete kilos per cápita. En el caso de los zumos, el descenso es casi del 50%: de 10,1 litros a 5,57.
Los expertos apuntan a una combinación de factores para explicar estos cambios: el encarecimiento de los alimentos —un 2,9% más caros que hace un año, según los últimos datos hasta marzo de 2025, pero más del 30% más caros respecto a 2019—, la aceleración de los ritmos de vida y la generalización del teletrabajo han alterado las rutinas de compra y preparación de alimentos. A ello se suma el auge de nuevas dietas que penalizan productos tradicionales como el pan o los zumos.
Platos preparados, tendencia en auge
En sentido contrario, los platos preparados han escalado posiciones hasta convertirse en uno de los productos con mayor crecimiento en la última década. De 12,9 a 17,47 kilos por persona, estos alimentos refuerzan su papel como opción rápida y práctica para quienes tienen menos tiempo para cocinar.
También se consumen más frutos secos —de 2,9 a 3,58 kilos per cápita— y agua envasada, que ha subido en 5,3 kilos por persona. Se trata, en buena medida, de productos asociados a un estilo de vida más activo y a una mayor preocupación por la hidratación y la nutrición funcional.
Un núcleo estable
A pesar de los cambios, algunos alimentos mantienen una sorprendente estabilidad. El arroz, la pasta, las legumbres, el café y las infusiones apenas han registrado variaciones en esta última década. En algunos casos, como el arroz, el consumo per cápita sigue siendo exactamente el mismo que en 2016.
Estos productos, versátiles, asequibles y presentes en la mayoría de cocinas, resisten la volatilidad del mercado y los vaivenes de las tendencias.