Cuando se habla de la internacionalización de Mercadona, Italia es el caballo de batalla habitual: décadas de rumores, expectativas y análisis, pero pocas certezas. Sin embargo, mirar siempre hacia Italia puede llevar a distraerse de lo que podría ser una jugada más inmediata, rentable y estratégicamente racional. Francia -y más concretamente, la región de Occitanie- emerge como la alternativa que merece estar en el centro del debate.
¿Por qué hablamos de Italia?
La narrativa sectorial suele repetir que Italia tendría sentido para Mercadona: proximidad geográfica, tamaño del mercado, semejanza en dietas mediterráneas, demanda de frescos, etc. Estas razones cargadas de gran sentido común obvian otros inconvenientes reales que también son merecedores de análisis: mercados muy maduros, alta competencia local (cooperativas, supermercados familiares, cadenas tradicionales), costes regulativos y laborales elevados, barreras culturales al ajuste del surtido y marca blanca, y desafíos logísticos si la entrada se despliega sin una estrategia incremental.
Francia, una oportunidad más cercana de lo que parece
El país galo combina muchas de las ventajas que buscan los analistas cuando imaginan la expansión de Mercadona, con algunos condicionantes manejables:
- Proximidad logística real: desde España (Valencia, Aragón) hasta el sur de Francia existe una red de carreteras, autopistas y conexiones de transporte eficaces que pueden aprovecharse desde el arranque para evitar altos costes de importación y transporte.
- Perfil de consumidor competitivo: regiones del sur de Francia comparten hábitos alimentarios mediterráneos, demanda de frescos, interés por calidad-precio, y una apertura creciente hacia marcas propias.
- Competencia existente, pero espacio para diferenciarse: cadenas como E.Leclerc, Intermarché, Carrefour, Lidl/Aldi tienen implantación fuerte, pero en muchas subregiones (ciudades medianas o pueblos) no llegan con el surtido fresco al nivel de especialización que Mercadona puede ofrecer.
Dentro de Francia, Occitanie se perfilaría como la región más lógica para pilotar la entrada: combina potencial de mercado, facilidad logística, costes relativamente más bajos que en París o la Costa Azul, y ciudades con masa crítica suficiente para generar volumen y reputación. Factores que hacen de Occitanie el punto ideal para probar modelo, formato, surtido y logística internacional de Mercadona.

Mapa geográfico de Occitanie y posibles rutas logísticas
Posibles ciudades clave de arranque
Perpignan, Toulouse, Montpellier, Nîmes y Carcassonne constituyen una geografía estratégica. Perpignan con su proximidad a la frontera catalana, lo que permite aprovechar infraestructuras ya existentes desde España; Toulouse y Montpellier como polos urbanos con demanda de consumo elevado; Nimes y Carcassonne como ciudades intermedias que ofrecen menor costo de establecimiento y buenas densidades de cliente.
Conectividad y transporte
En una segunda fase de consolidación, el lider español podria barajar la posibilidad de instalar un centro logístico local en el eje Toulouse-Carcassonne para optimizar tiempos de entrega, frescura y reducir los costes de transporte desde España.
Competencia: David contra varios Goliat
El mapa francés está dominado por grandes enseñas como E.Lecler, Carrefour, Intermarché, y los discounters Lidl y Aldi copan la mayoria de cuota. Aunque la diferencia clave es que ninguno ha conseguido una integración tan eficiente de marca propia y producto fresco como Mercadona. Su fórmula de surtido corto, alta rotación y experiencia de compra sencilla puede ser el factor clave que el mercado francés no ha experimentado a gran escala.
Para Mercadona, apostar por Occitanie no significaría renunciar a Italia, sino priorizar un escenario con menor riesgo, donde los retornos puedan llegar antes, donde los errores sean menos costosos y donde la curva de aprendizaje permita luego saltar a mercados mayores con más confianza.