La entrada de Elliott en el capital de Pepsico con una participación cercana a los 4.000 millones de dólares ha abierto un nuevo capítulo para la multinacional que dirige el español Ramón Laguarta. Después de años de deterioro frentre al empuje de la marca blanca, muchos consideran que ha llegado el momento de tomar radicales para reflotar el negocio.
Uno de ellos es Brittain Ladd, exdirectivo de Amazon y consultor del sector, que considera que la compañía con sede en Nueva York debería adquirir 7-Eleven, cadena japonesa con más de 85.000 tiendas de conveniencia en todo el mundo, cuyo valor en Bolsa no ha dejado de caer considerablemente en los últimos meses en medio de las negociaciones para su venta.
"La compañía ya ha probado a adelgazar su perímetro en múltiples ocasiones, pero esto nunca le ha hecho más fuerte. Si quiere asegurar su futuro, los pasos incrementales no bastan. Pepsico necesita un movimiento grande", explica Ladd en su perfil de Linkedin.
Una operación de 60.000 millones con múltiples ventajas
La operación —con un valor empresarial próximo a los 60.000 millones de dólares— daría a Pepsico "control inmediato sobre un canal direct-to-consumer global, le permitiría adquirir valiosos datos de fidelización y liberaría sinergias importantes al alinear su red de distribución a tienda con el modelo de reposición de alta frecuencia de 7-Eleven", señala el experto.
Todo ello, apunta Ladd, daría a la compañía "un ecosistema propio de venta y de datos imposible de replicar" por sus competidores.
En su opinión, la operación es financieramente posible. Con una capitalización cercana a los 240.000 millones de dólares, Pepsico podría estructurar el acuerdo mediante una combinación de efectivo, nuevas emisiones de deuda y ampliación de capital para conservar el ratio de apalancamiento en un nivel aceptable.
Lo que no parece tan claro es la voluntad de la dirección para aventurarse en una operación de semejante tamaño. Laguarta parece más cómodo en una reestructuración de cocción lenta, con adquisiciones en segmentos estratégicos como las bebidas funcionales y desinversiones puntuales. Por ese motivo, Ladd cree que ha llegado el momento de su reemplazo en favor de Michael Del Pozzo, actual presidente de Pepsico Norteamérica. "Pepsico debe tener un CEO que esté dispuesto a considerar un gran movimiento", argumenta.