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Vender activos inmobiliarios para financiar expansión, la apuesta de Carrefour para relanzar sus ventas

Otras cadenas como Walmart, Tesco y Lidl también han utilizado este recurso en el pasado. Sus beneficios son inmediatos, pero no está exento de riesgos, advierten los expertos.

Publicado: 29/12/2025 ·15:15
Actualizado: 29/12/2025 · 15:15
  • Alexandre Bompard, presidente director general de grupo Carrefour.

El pasado 15 de diciembre Carrefour llegó a un acuerdo para desprenderse de cuatro hipermercados en España bajo la fórmula sell & leaseback. A cambio de estos establecimientos recibió 50 millones de euros del grupo inmobiliario Realty Income, con el que ha firmado contratos de arrendamiento a largo plazo para seguir operando en estas ubicaciones.

La enseña repitió la misma operación con esta inmobiliaria el año pasado, cuando vendió seis hipermercados por 100 millones, y acumula un total de 600 millones de euros en caja a través de dicha fórmula.

La estrategia forma parte de la hoja de ruta diseñada por Alexandre Bompard desde su llegada a la direcció del grupo: simplificar la estructura, reducir la exposición a activos intensivos en capital y liberar recursos para reforzar la proximidad y la competitividad en precio en un entorno marcado por la enorme presión de los discounters y cadenas de surtido corto (Mercadona en España y Lidl y Aldi en Europa).

Fruto de estas desinversiones es la caída en ingresos de Carrefour Property España, la sociedad que gestiona los activos inmobiliarios del grupo. La filial cerró 2024 con una bajada del 5,3% en su cifra de negocios hasta los 136,55 millones de euros, frente a los 144,18 millones registrados un año antes. El dato consolida una dinámica de estancamiento a la baja si se compara con 2022, cuando la compañía facturó 143,61 millones.

Pero Carrefour no es la única cadena que ha hecho uso de esta palanca. Grandes distribuidores internacionales como Walmart o Tesco han recurrido con frecuencia a la venta de inmuebles para financiar planes de crecimiento, acelerar aperturas y reforzar su posición competitiva. El pasado noviembre, Lidl cerró la venta de 24 supermercados en España, Reino Unido e Irlanda por 203,5 millones de euros al fondo ICG Real Estate, una operación destinada a apuntalar una expansión sin precedentes en Europa.

El atractivo del modelo es evidente: convertir ladrillo en liquidez permite ganar agilidad financiera en un sector en el que la velocidad es indispensable. "Poseer inmuebles es lento y caro; el efectivo es rápido", resume Andrew Dremin, consultor del sector y exdirectivo de Metro, en una reflexión publicada en su perfil personal de LinkedIn. Las desinversiones de Carrefour, sostiene, le dan margen para invertir en precio, surtido y tecnología, o para hacer frente a la competencia de operadores como Lidl en mercados clave como España.

Pero el asset light no está exento de riesgos. La venta es irreversible y tiene como consecuencia la obligación de pagar un alquiler ad infinitum. "Es un poco como vender el coche para pagar la gasolina", advierte Dremin. "Mejora el balance de hoy, pero reduce el control sobre el futuro". El éxito de la estrategia depende, en última instancia, del uso que se haga de los recursos obtenidos: si se destinan a impulsar el crecimiento y mejorar la propuesta comercial, o si acaban sirviendo únicamente para tapar debilidades estructurales.

En el caso de Carrefour, el objetivo es sin duda ganar recursos con los que financiar su apuesta por la proximidad, que en el futuro debería compensar la caída de sus hipermercados. La apuesta es arriesgada, pero el grupo que preside Alexandre Bompard aún cuenta con muchos recursos de valor de los que puede desprenderse.

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