Shoppers | ¿Cuánto pagaríamos por comer una hamburguesa de carne de vacuno cultivada?

Un estudio, desarrollado por investigadores de varias universidades, entre ellas, la Universidad Politécnica de Madrid, compara la predisposición a ello en España, Francia y Reino Unido. Estas son sus conclusiones.

¿Cuánto estamos dispuestos a pagar por comer una hamburguesa de carne de vacuno cultivada?
¿Cuánto estamos dispuestos a pagar por comer una hamburguesa de carne de vacuno cultivada?

Pese al creciente número de startups trabajando en el desarrollo de productos de carne cultivada y de las elevadas inversiones que han captado algunas de ellas, el lanzamiento al mercado se está retrasando por una serie de factores. Uno de ellos es el elevado coste de producción a pesar de los avances que se están produciendo para su reducción. Por eso, es muy importante obtener información fiable sobre la disposición a pagar de los consumidores para poder determinar la viabilidad comercial de este producto, que es nuevo en el mercado.

En este contexto, Joaquín Fuentes-Pila y Silverio Alarcón, investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con investigadores de la University of Reading, INRAE y Texas A&M University, han elaborado un estudio en el que determinan que es lo que están dispuestos a pagar los consumidores de España, Francia y Reino Unido por hamburguesas de carne de vacuno cultivada.

Si consideramos la totalidad de la muestra en cada uno de los tres países, las estimaciones de la disposición a pagar en relación con las hamburguesas de carne convencional resultaron ser negativas para los tres países, siendo la estimación más negativa la obtenida para Francia (-5,65€/kg), seguida por la de España (-5,34€/kg) y, en tercer lugar por la de Reino Unido (-3,22£/kg).

Sin embargo, en cada uno de los tres países se identificó un segmento de consumidores dispuesto a pagar un precio superior (una prima) por la hamburguesa de carne de vacuno cultivada. Así, Reino Unido tiene el mayor segmento de consumidores (47%) dispuesto a pagar una prima de 5,10 £/kg por la carne de vacuno cultivada, seguido de España (38% y 3,35€/kg) y Francia (30% y 2,68€/kg).

LOS JÓVENES ACEPTAN MEJOR ESTE PRODUCTO

Una de las principales conclusiones es que los consumidores más jóvenes y con un menor grado de neofobia (miedo a probar nuevos alimentos) hacia las nuevas tecnologías alimentarias tienden a aceptar mejor la carne de vacuno cultivada.

La información fiable, la transparencia y las certificaciones que contribuyan a generar confianza pueden jugar un papel clave para ir superando paulatinamente la desconfianza hacia estos alimentos de laboratorio

Otro resultado importante es el efecto que tiene la neofobia sobre la disposición a pagar de los consumidores. La información fiable, la transparencia y las certificaciones que contribuyan a generar confianza pueden jugar un papel clave para ir superando paulatinamente la desconfianza de una parte de los consumidores europeos hacia esta nueva fuente de proteína alternativa.

Según el análisis, estos resultados pueden tener especial interés, por un lado, para las estrategias de desarrollo de nuevos productos de las startups que están trabajando en carne cultivada. En los tres países, hay segmentos de mercado iguales o superiores al 30% de la muestra que están dispuestos a pagar una prima por las hamburguesas de carne de vacuno cultivada.

Los responsables del informe creen que se necesitan más estudios de investigación de mercado para comprender mejor las necesidades y expectativas de estos segmentos de mercado y para incorporar la voz del cliente a los procesos de desarrollo de los nuevos productos. Hay también implicaciones a nivel de las políticas agroalimentarias de la Unión Europea que están intentando fomentar la transición hacia dietas más sostenibles y saludables basadas en distintas fuentes de proteínas alternativas.

Asimismo, también consideran que son necesarias políticas que apoyen aquellas iniciativas que permitan desarrollar productos de carne cultivada orientadas a las necesidades y expectativas de segmentos específicos de consumidores europeos y que contemplen fórmulas de innovación abierta que contribuyan a reducir la neofobia.

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