125000 seguidores

en redes sociales

Shoppers

Sigue habiendo un problema con la inflación alimentaria

La caída en el precio del aceite de oliva ha reducido la inflación alimentaria hasta el 2,8% en 2025, pero excluido este producto sería del 4,2%, advierte José Antonio Latre, consultor y experto del sector.

Publicado: 15/12/2025 ·11:50
Actualizado: 15/12/2025 · 11:50
  • Distintas marcas de aceite en el lineal de un supermercado.

La inflación alimentaria ha caído hasta el 2,8% en noviembre de 2025, según datos oficiales publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pero el análisis detallado de los datos revela una realidad más problemática.

Excluido el aceite de oliva, cuyo precio ha caído un 38,1% respecto al pasado año, la inflación alimentaria hubiera ascendido hasta el 4,2%, advierte José Antonio Latre, consultor y experto del sector en su perfil de Linkedin.

Latre ha desagregado el índice alimentario para mostrar el peso real de cada categoría. El grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas está compuesto por 55 subclases, cada una con una ponderación distinta según su peso en el consumo y una evolución de precios propia. El resultado final es la suma de todas esas contribuciones.

El análisis de Latre revela que las diez categorías con mayor impacto —entre ellas la carne de vacuno, la fruta fresca, los huevos, el pescado o el chocolate— ya elevan por sí solas la inflación alimentaria hasta el 3,17%. A partir de ahí, el resto de productos sigue aportando presión al alza, con apenas ocho subclases en terreno negativo y un efecto deflacionario muy limitado.

El punto de inflexión llega con el aceite de oliva. Su caída interanual del 38,1%, combinada con una ponderación cercana al 3,7% en la cesta, resta por sí sola 1,4 puntos porcentuales al índice. Es ese ajuste el que rebaja la inflación alimentaria desde el 4,2% hasta el 2,8% final que reflejan las estadísticas oficiales. Otros productos como el chocolate y el huevo, de gran peso en la composición, sufren un periodo de escasez excepcional que inclina el índice en el sentido contrario.

La conclusión del experto es que, excluido el efecto deflacionario del aceite de oliva —que podría ser temporal—, los precios de los alimentos siguen creciendo a un ritmo elevado. Y más aún si se observa el efecto de larga duración. Desde el inicio del ciclo inflacionario en 2021, la inflación alimentaria acumula una subida del 36,3%, por lo que "llueve sobre mojado", en palabras de Latre.

Esta distorsión ayuda a explicar por qué la percepción de los consumidores sigue siendo mucho más negativa que los datos agregados. No hay manipulación estadística, pero sí un fuerte efecto de composición que suaviza artificialmente el indicador. La pregunta, como plantea el propio experto, sigue abierta: con precios aún tensionados en buena parte de la cesta, ¿de verdad ha dejado de ser un problema la inflación alimentaria?

Listas de difusión de FRS

Inspírate y contribuye cada mañana a tu éxito profesional con nuestra información de alto valor UNIRME